El PAN no tiene control sobre sus gobernadores

 

Francisco Domínguez Servién, gobernador del estado de Querétaro por el PAN, pidió a los militantes que se han destapado como posibles candidatos a los comicios de 2018 no adelantarse en el proceso.

El mandatario se refirió específicamente a Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y el líder nacional del blanquiazul, Ricardo Anaya, e hizo un llamado a concentrarse en las elecciones de Coahuila, Nayarit y el Estado de México.

Por otro lado, aclaró que los gobernadores del partido son los que tomarán la decisión sobre el que será el representante del partido en los comicios de 2018, por lo que desacreditó las intenciones de todos los destapados hasta el momento.

Es así como las declaraciones de Domínguez Servién nos recuerdan las viejas prácticas priistas en donde la elección de los candidatos a la presidencia, principalmente, eran poco democráticas, pues sólo los privilegiados votaban por el aspirante, que de por sí ya había sido seleccionado por el presidente en turno.

¿Dónde quedó la democracia de la que presumen los militantes azules? ¿Por qué sólo los gobernadores tienen el poder de decisión? ¿No se supone que para escoger a cada representante se hacen votaciones internas?

Es un hecho que los destapados panistas se están adelantando, pero también es un hecho que el mandatario queretano quiere elegir a la vieja usanza del PRI.

En entrevista para La Otra Opinión, el dr. Rogelio Hernández, profesor e investigador del Colegio de México, comentó que estas declaraciones dejan ver la poca o nula autoridad en el partido, pues parece que los grupos estatales están siendo dirigidos por los propios gobernadores, quienes ostentan un poder enorme que no viene precisamente del Gobierno Federal.

“La política en México necesita control y autoridad para mantenerse. En el pasado el presidente tenía el poder para despedir a los gobernadores y por lo tanto era el líder de la política en general”, agregó el investigador del Colmex.

Para finalizar Rogelio Hernández explicó que se debería dejar la discusión sobre la homogeneización de los gobernantes y comenzar a dar auténtico poder al presidente para que este pueda cumplir correctamente con su función.

“En este momento todo parece indicar que no hay autoridad que controle a los gobernadores”, concluyó el investigador.