El Juego del Calamar, es la nueva serie Coreana que a pocos días de haberse estrenado en Netflix, ha tomado relevancia a nivel mundial. La serie presenta a un poderoso grupo de aburridos millonarios que organizan un juego de supervivencia donde los concursantes pueden ganar una gran cantidad de dinero o perder la vida en el intento.
Seong Gi-hun, es un hombre cercan a los 50, divorciado, que aún vive con su madre en Corea y que tiene una hija que vive con su mamá. Ahogado en deudas, Seong decide aceptar participar en el juego y ahí conoce a un enorme grupo de personas que, como él, están ahogados en problemas económicos, (El Salón Rojo, Filmsteria).
Las deudas los invadieron por diversas causas: la adición al juego, el haber migrado, el deseo de poder. La propuesta de participar en El Juego del Calamar, pareciera que los acercaba a la posibilidad de no sólo saldar las deudas, sino que además, la de resolver su vida mediante lo que pareciera una forma fácil de obtener dinero, participando en juegos infantiles.
Los comentarios acerca de la miniserie giran alrededor de que es muy violenta y que ni los niños ni los adolescentes deberían de verla.
Definitivamente no es una serie apta para niños y sí presenta una buena dosis de violencia, pero esta no sólo se muestra en el momento que matan a los participantes que pierden en el juego, si no también, en todas las pasiones que se despliegan a lo largo del juego.
En un inicio, los participantes son sólo un número pero después que los hacen formar equipos para jugar, se empieza a desarrollar un vinculo entre los integrantes de cada equipo. Ahora ya se conocen por sus nombres, se comparten las razones que los llevaron a participar en el juego, el deseo de supervivencia, de protegerse entre ellos y de ganar el juego.
Sin embargo, cuando el juego los lleva a competir nuevamente entre ellos de manera individual, la traición, la ambición, la perversión, la destrucción, se hacen presentes y entonces ya no importan los otros, lo único que importa es salvar la propia vida a costa de lo que sea.
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La miniserie hace una apología de una sociedad contemporánea cada vez más injusta, desigual y violenta y como esta sociedad igualmente altera la subjetividad del ser humano. Lo anterior se deja ver cuando un grupo de millonarios (los VIP), están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero por observar el espectáculo que ofrece el otro grupo de hombres y mujeres que juegan para ganar dinero que necesitan pero que si fallan, perderán la vida.
Pero eso no importa si se puede acceder a tener dinero de manera que pareciera fácil pero que no lo es, pues lo que se apuesta es la vida. ¿Pero no es acaso lo que uno se juega en el día a día?
Para los participantes del Juego del Calamar, quizás sería lo mismo, permanecer fuera del juego a merced de los acreedores, la falta de un sitio en donde vivir y del hambre en donde la vida está en riesgo a quizás tener mayores posibilidades de obtener dinero y de preservar la vida.
El juego del calamar es mucho más que un violento ejercicio de supervivencia. Es una apología sobre la sociedad contemporánea, su destructividad, la desigualdad, y del actual sufrimiento psíquico que encarna en el malestar social contemporáneo.
Por: Psic. Ma Elena Salazar P.
