EL JUEGO DE LOS FLOREROS

Pero en aras de la lealtad ciega, los floreros de López Obrador aguantan todo, hasta las degradaciones

Al presidente Andrés Manuel López Obrador le encanta jugar con sus floreros. Los quita, los pone, los zarandea, los cambia de lugar, los degrada. Y ellos aguantan todo.

Su más reciente sesión en este juego tuvo lugar el pasado martes, cuando nombró a Ariadna Montiel, una muy conocida discípula de René Bejarano, como secretaria del Bienestar, y envió a quien estaba ahí, Javier May Rodríguez, a terminar de construir el Tren Maya a través del Fonatur.

En la misma jugada, envió a Rogelio Jiménez Pons, considerado un secretario sin cartera, a la subsecretaría de Comunicaciones y Transportes, y a quien estaba ahí, Carlos Morán, lo nombró director general del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Con estos movimientos, Javier May y Carlos Morán fueron degradados, pues el primero pasó de ser secretario de Estado a director de un organismo descentralizado –un bajón tremendo— y el segundo pasó de ser subsecretario de Estado a director general.

Pero en aras de la lealtad ciega, los floreros de López Obrador aguantan todo, hasta las degradaciones, como la que aguantó Olga Sánchez Cordero, quien recientemente fue relevada de la Secretaría de Gobernación –la segunda posición más importante después de la del presidente de la República—a cambio de estar al frente de la Mesa Directiva del Senado durante un año.

Pero al final del día, el que los colaboradores de López Obrador permitan su humillación no es lo más grave, como sí lo es el hecho de que los cambios de florero no están inspirados en la intención de mejorar la administración pública, sino en fortalecer el nivel de obediencia hacia el presidente.

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En lo que va del sexenio, López Obrador ha jugado 37 veces a reacomodar a sus floreros, siempre con la misma tónica de buscar no una mayor eficiencia en el gobierno sino fortalecer la obediencia y en algunos casos, mejorar la actividad prioritaria de su administración, que es el clientelismo electoral.

Así se explica la llegada de Ariadna Montiel a la titularidad de la Secretaría del Bienestar, desde donde asumirá de manera formal la coordinación de los programas sociales, algo que ya hacía desde su cargo de subsecretaria cuando el secretario era el florero May.

Javier May fue enviado a Fonatur con la encomienda de acelerar a como dé lugar la construcción del Tren Maya, cuyos retrasos tienen un poco estresado al presidente.

May aguantó el bajón y asumió la encomienda a pesar de que no tiene estudios universitarios y no posee ni el mínimo conocimiento ni la experiencia ni los contactos necesarios para encabezar un proyecto que, en teoría, tiene como objetivo promover la actividad turística.

OFF THE RECORD

**EN LO OSCURITO

El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, cabildea en lo oscurito con integrantes de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena para que no prosperen las quejas en contra de los dedazos que definieron a los candidatos de este partido a seis gobiernos estatales.

**REY DE LA BASURA

Alberto López Rosas, un oscuro abogado militante de Morena, es uno de los principales abogados de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, quien está sometido a proceso penal por trata de personas en su modalidad de explotación sexual.

Con esos abogados, para qué quiere acusadores.

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