El coronavirus y la lucha de clases

Especial

El gobierno de AMLO no es incluyente. Enfoca la ayuda pública que requiere la emergencia sanitaria que vivimos desde una rebasada perspectiva de lucha de clases. Como si el COVID-19 distinguiera niveles sociales o preferencias ideológicas, y su devastador impacto sobre la economía no fuese universal. Ayer dejó claro que el respaldo y subsidios públicos serán para los pobres. Habrá tandas, créditos, apoyos, “pero nada de rescates al estilo neoliberal…”. Ni bancos ni grandes empresas ni nada que se le parezca tendrán condonaciones de impuestos del gobierno federal u “otros mecanismos que se usaban antes…”, dijo en la mañanera de ayer.

* Enfoque equivocado, trasnochado, polarizador. Aplaudimos, sí, la ayuda a los pobres. Sería una locura oponerse a eso. Por fin los voltean a ver. Pero resulta que buena parte del dinero para otorgar los subsidios que el gobierno entrega, como si salieran de la bolsa del Presidente, viene de los impuestos que paga ese sector de la sociedad al que hace a un lado.

Ése que llama “conservador”, generaliza como “corrupto”. Ése que el tabasqueño excluye de la palabra “pueblo”.

Lo que los pobres requieren no son subsidios públicos que los aten a tal o cual régimen. Lo que restauraría su dignidad son empleos permanentes y bien pagados. Con la crisis del coronavirus, lamentablemente, se avizora una cascada de quiebras y un desempleo como nunca hemos visto. Más que nunca, la unidad nacional debe dejar de ser una expresión que adorna discursos para convertirse en urgencia en todo el país. Se puede. Lo vimos en los sismos de 1985 y 2017.

AMLO le asestó, simultáneamente, otro garrotazo a la confianza de los inversionistas. Cualquiera diría que estamos sobrados de recursos.

No le bastó con la cancelación del NAIM —su “error de diciembre”—, cuando la construcción llevaba más del 30% avanzada y se habían invertido más de 100 mil millones de pesos. Otra encuesta patito —ésas que realiza Morena en alianza con sus activistas— echó por la borda una inversión de mil 400 millones de dólares en Mexicali, Baja California.

Hablamos de la planta de cerveza que la empresa Constellation Brands construía en la capital del estado.

Los permisos requeridos allí estaban. Ya se habían invertido 900 millones de dólares. 32 mil personas trabajaban allí directa o indirectamente. Pero un grupito empezó a mover la idea de que esa planta consumiría el agua de una ciudad que tiene sed. Apenas 26 mil personas votaron en la consulta. Un 72.5 de ese porcentaje mínimo votó en contra de que prosiguiera la construcción. Un 22.3% votaron a favor.

El mismísimo AMLO adelantó que la Conagua ya no dará permisos para el uso de agua. El Presidente, eso sí, señaló que se pondrá en contacto con la empresa para subsanar los daños. Ya hay reacciones de enojo, de frustración, de desconfianza en la IP. La Coparmex sacó un comunicado en el que sostiene que “un puñado de personas” no puede decidir el futuro de una inversión de miles de millones de dólares.

“De lo contrario, seguiremos cayendo en los índices de confianza de inversión extranjera directa, como el de AT Kearney, en el que descendimos 8 lugares, colocándonos en el último lugar”, advierte. El Consejo Coordinador Empresarial, hasta ahora aliado de la 4T, dijo que la decisión del gobierno de negar los permisos de la Conagua “es arbitraria, autoritaria y unilateral”. Crisis y división no es buena combinación.

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* FEMSA se deslindó de un video reciclado, que fue tendencia ayer en redes sociales, en el que aparece Gilberto Lozano, un exdirectivo de ese consorcio, descalificando a “Andrés López”. Lo llama “inepto, incapaz, cínico, traidor…”.·

En ese consorcio nos aclaran que el video data de marzo de 2019 y no tiene nada que ver con el COVID-19. Fue erróneamente relacionado con FEMSA, empresa multinacional mexicana que participa en la industria de las bebidas y en el sector comercial y de restaurantes, porque Lozano trabajó allí hace 20 años. Dejó esa empresa para irse con Vicente Fox.

Lozano encabeza el llamado Congreso Nacional Ciudadano, fundado en agosto de 2009, y se ha dedicado a darle con todo a los gobiernos de PeñaEl BroncoRodrigo Medina y AMLO.

“Estaremos muy atentos para aclarar rumores o mensajes falsos que pueden esparcirse en una situación como la que atravesamos”, dice FEMSA.