El Chapo: ¿la víctima?

La epidemia de quejas alcanza a todos.

Quejas justificadas. Quejas entendibles. Quejas políticamente correctas. Quejas descocadas. Y quejas de plano delirantes. Las hay de todo tipo en este México de nuestros días y, para comprobarlo, basta echar un ojo a las peticiones que se realizan en la plataforma Change.org, que, en los hechos, se ha convertido en el juzgado de las buenas conciencias.

Por eso hoy nadie debe decirse extrañado al leer o escuchar que Pablo Badillo Soto, el abogado de “El Chapo” Guzmán, nos venga con la queja de que su cliente es objetivo de “feroces operativos” para capturarlo.

Y es que esto sería de risa loca de no ser por lo indignante de la queja. Pues todo indica que Badillo Soto olvida quién es el hombre al que representa y el peligro que es y ha sido para todos los mexicanos. Parece olvidarse de que su cliente es uno de los criminales más sanguinarios del país. Olvida también el número de asesinatos que a nombre de “El Chapo” se han cometido. Y olvida que es un prófugo de la justicia al que reclama no sólo el gobierno mexicano, sino también el de Estados Unidos.

Sin embargo, con un cinismo de no creerse, el abogado Pablo Badillo Soto trata de vender el cuento de que “El Chapo” Guzmán no es sino una víctima del Estado Mexicano, el que, con tal de lograr su cometido –es decir, la aprehensión del narcotraficante prófugo–, arrasa pueblos y echa de sus hogares a cientos de personas.

Y lo curioso de todo esto es que, sin duda, no faltará quien se lo crea, ya sea por convicción o por mero cálculo.