Mientras en Brasil se vive una gran fiesta por la inauguración de los Juegos Olímpicos 2016, la que al parecer no la está pasando nada bien es la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
Si bien Dilma fue uno de los personajes principales en la organización de la justa deportiva, ahora— a palabras de ella—,se encuentra como una “Cenicienta” y al parecer el encanto de la presidencia de Brasil se le podría acabar de un momento a otro.
Y es que este jueves, el Senado brasileño aprobó—con 14 votos a favor y cinco en contra—, el juicio político en contra de Rousseff por acusaciones de manipular cuentas fiscales para permitir mayor gasto en el Gobierno.
Aunque Dilma también ha agotado todos los recursos para defenderse, los enterados coinciden en que las condiciones no son favorables para la brasileña quien tendrá que decidir si centra su atención en Río 2016 o en el posible fin de su mandato.
Pero como la esperanza es lo último que muere, la mandataria confía en que los Juegos de Río—los primero en Sudamérica— den “una visibilidad mayor a los movimientos” a su favor, luego también de la reciente imputación de su amigo cercano y mentor, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, a quien defendió.
Pero así como la brasileña pareciera que va perdiendo la batalla con sus más allegados en Brasil, otros de sus cercanos de países vecinos ya perdieron la batalla como la expresidenta de Argentina, Cristina Fernández; mientras que otros como Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, o los hermanos Castro, en Cuba van de bajada.
