Destrucción y derrames tóxicos; el futuro de Dos Bocas

Esto no se dijo en su inauguración, pues destrucción y derrames tóxicos, es el futuro de la refinería de Dos Bocas, que aún se construye en Tabasco

Destrucción y derrames tóxicos; el futuro de Dos Bocas
Foto: Gladys Serrano / El Papis

Esto no se dijo en su inauguración, pues destrucción y derrames tóxicos, es el futuro de la refinería de Dos Bocas, que aún se construye en Paraíso, Tabasco.

Desde el 2008, el IMP declaró que las tierras de Paraíso, Tabasco, no eran aptas para instalar una refinería debido a que albergan una amplia gama de ecosistemas y especies protegidas.

Pero 10 años después, en 2018 —sin contar con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA)– se inició el desmonte de 220 hectáreas de selva y manglares para construir ahí Dos Bocas, destruyendo el hábitat de cientos de especies.

Tras la inauguración de la primera etapa de la refinería, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, habitantes de comunidades aledañas temen que ocurran más daños ambientales, como la emisión de gases contaminantes o los derrames de crudo en el río y la laguna de Mecoacán.

Maquinaria entró de manera ilegal

En septiembre de 2018 —con López Obrador como presidente electo—, las retroexcavadoras conocidas como mano de chango y los tractores de oruga entraron ilegalmente al hábitat del cangrejo azul, que es una zona de manglar, para desmontar el terreno y construir la refinería Olmeca de Dos Bocas, los crustáceos quedaron sepultados.

“Fue un ecocidio”, dijo al semanario Proceso, Santana Osorio Pérez, un ambientalista dedicado a la conservación del cangrejo azul en Paraíso, Tabasco.

Hace 10 años, Osorio Pérez, junto a su sobrino Eldér Osorio Santos, decidieron dedicarse a la conservación de esta especia, al constituirse en una sociedad cooperativa llamada “El inicio del triunfo” y crear el Santuario del Cangrejo Azul en 12 hectáreas de terreno en Puerto Ceiba. Hoy tienen 164 mil ejemplares. También se dedican al rescate del manglar.

A estos terrenos llegaron hace 40 años, cuando los indemnizaron porque sus tierras fueron expropiadas para construir el Puerto de Dos Bocas, operado por Pemex, que se encuentra a un lado de los terrenos donde se construye la nueva refinería Olmeca.

Refinería sobre cementerio de cangrejos azules

El pasado 1 de julio, AMLO inauguró la primera fase de la refinería, que está sobre un cementerio de cangrejos. A dos años y 11 meses del inicio de las obras, está listo el complejo de oficinas administrativas, 17 plantas de proceso y 90 tanques de almacenamiento. Comenzó así el periodo de prueba de seis meses. La refinería comenzará a operar en 2023, según el gobierno.

Además, la construcción del megaproyecto, sobre bosques de manglar, a orillas del Río Seco, cambió la ruta del cangrejo azul para cumplir su ciclo reproductivo, cuenta Eldér.

“El río los conecta al Golfo de México, cuando el cangrejo hace su migración para desovar en el mar. Ahorita con la refinería se modifica esa área y está teniendo un impacto en la población del cangrejo”, denunció.

“Muchos cangrejos, igual que otras especies, emigraron hacia las comunidades cercanas y las colonias laterales a Dos Bocas, como la Lázaro Cárdenas, conocida como La Petrolera”, explicó el ambientalista a Proceso.

Tras deforestación, animales invaden hogares

Las y los vecinos encontraron en sus patios todo tipo de animales: tigrillos, mapaches, culebras, tortugas y cangrejos, cuando comenzó la deforestación de la selva y la zona del manglar, un microhábitat de muchas especies, conocidos como pulmones del planeta porque tienen la capacidad de capturar grandes cantidades de dióxido de carbono.

“Había cangrejos aquí en la casa, aparecían cangrejitos. Tenemos unas iguanas que hicieron un nido y ya se reprodujeron aquí. Salen a tomar el sol”, contó Agustín López Buendía, vecino de la colonia La Petrolera, quien es delegado local de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo.

Durante la inauguración, AMLO no dijo nada de esto, pues destrucción y derrames tóxicos, es el futuro de la refinería de Dos Bocas, que aún se construye en Paraíso, Tabasco.

Con información de Proceso

JZ