La corrupción detectada en el sexenio pasado en torno a la construcción del Tren Interurbano México Toluca fue una de las banderas que Morena enarboló durante la campaña del 2018, tras las cuales llegó a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador.
Pero en cuanto la “4-T” tomó el control de la obra, les gustaron tanto las triquiñuelas que ahí se hacían, que no solo las conservaron, sino que las ampliaron.
Al revisar la Cuenta Pública del 2020, la Auditoría Superior de la Federación detectó desvío de recursos por 324 millones de pesos en la construcción del Tren Interurbano México Toluca, que está a cargo de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes.
Tan solo en una parte del proyecto, que es la construcción del Túnel Ferroviario del Portal Poniente a Oriente, el desvío es de 194 millones de pesos, mientras que en la construcción del tramo ferroviario de Zinacantepec se desviaron 94 millones.
Las irregularidades detectadas por la ASF se refieren exclusivamente al uso de recursos federales en la obra, pues la parte que le correspondía al gobierno del estado de México ya quedó prácticamente concluida sin que ahí se registren anomalías.
El desvío de recursos en la construcción del Tren Interurbano es solo parte de un cochinero que encontró la ASF en la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (antes la SCT), hasta donde, por lo que se ve, no ha llegado la escoba mágica de López Obrador que barrería la corrupción
