¿Desaparecerá el PRD?

Los perredistas atraviesan (por enésima vez) confrontación y tal vez la última.

Quién será su candidato a la presidencia de la República, es ya un problema en el PRD nacional. La disyuntiva va entre Miguel Ángel Mancera y Andrés Manuel López Obrador y la confrontación en Guerrero, concretamente Acapulco entre Evodio Velázquez, Víctor Aguirre Alcaide y Sebastián de la Rosa.

Velázquez Aguirre es el alcalde del puerto, Aguirre Alcaide actual secretario de Desarrollo Social de este municipio y De la Rosa diputado local.

Aguirre Alcaide es el principal dirigente de Izquierda Unida, y Sebastián de la Rosa lo es de la Coduc -Coalición de Organizaciones Urbanas y Campesinas A. C.-

Lo que buscan éstos perredistas es evitar a toda costa perder beneficios políticos en ambos eventos. Los dos conocen los placeres que ofrece el ámbito político. Ya fueron diputados federales, por ejemplo. Alcaide ya fue secretario en el estado de Guerrero y Peláez es diputado federal.

Andrés Manuel López Obrador, lo saben, es garantía de ganar espacios políticos.  A políticos locales sin trayectoria local los hizo senadores y diputados federales. La fama de aquel los arrastró. AMLO en este momento representa el personaje de la política nacional con mayor popularidad dentro de las llamadas izquierdas.

Los perredistas saben que podrán negociar con AMLO, si solo si, logran una unidad de este partido. Sueltos o, como dicen en Guerrero, por pedacera los está ninguneando.

Esa es su preocupación mayor.

Otros perredistas avizoran que si muchos liderazgos se van con AMLO les tocaría un espacio en su partido, porque no habría quien les estorbe.

En el caso Acapulco, el presidente municipal, Evodio Velázquez Aguirre salió a desmentir que su secretario de Desarrollo Social, Víctor Aguirre Alcaide, no hizo transas con recursos, tema que circuló en redes sociales.

Cierta o falsa la información sobre la corrupción, lo que evidencia es una disputa política entre perredistas. Todo indica que es por la secretaría general del grupo de Izquierda Progresista de Guerrero, efectivamente la organización que creó el exgobernador Ángel Aguirre Rivero, en donde encabezaría precisamente Víctor Aguirre Alcaide.

El trascendido, porque no hubo información fidedigna de la supuesta denuncia, al parecer provino del grupo que encabeza Sebastián de la Rosa Peláez o del Grupo Guerrero de David Jiménez Rumbo para descalificar a Aguirre Alcaide.

La corriente que encabece a IPG -lo cual veremos próximamente- se convertirá en aliado del exgobernador y juntos serán una fuerza política muy fuerte al interior del PRD.

La sombra o presencia de Aguirre Rivero en el PRD sigue presente como se puede observar.

La división perredista se observará cuando discutan si toman a AMLO como su candidato a la presidencia. Hay quienes piensan que ésta será su última aparición como PRD porque su sola mención ya ha provocado un cisma.

División que afectará la presencia de perredismo a nivel nacional.

Los Chuchos entienden que un partido sin fuerza electoral es desechable para una negociación política. Es en ese sentido que analistas han planteado su posible desaparición.

AMLO será el catalizador para evacuar.