El circo político de Brasil; ¿igual que en México?

En medio de la crisis política que vive Brasil –por el juicio político que enfrenta Dilma Rousseff–, quedó expuesto el circo en que se convirtió el “nuevo gobierno brasileño”. Por ejemplo…

Michel Temer –el ahora presidente interino de Brasil–, tiene los reflectores encima. No sólo fue acusado de corrupción –igual que su gabinete–, también declaró que su esposa Marcela Temer –una modelo de 32 años de edad–, ocupará un cargo en su gobierno porque “es abogada”.

Pero eso no es todo, igual que el señor López Obrador, el nuevo presidente brasileño –Michel Temer– presume “legitimidad política”; los cariocas también tienen su presidente legítimo.

Ahora bien, de acuerdo a reportes de la prensa internacional, la descomposición en Brasil no se limita al poder Ejecutivo. Resulta que en el congreso del gigante de América del Sur despachan sospechosos de homicidio y tráfico de drogas, jugadores de fútbol, un excampeón de judo, una estrella de la música country, un acusado de abuso sexual y una colección de hombres con barba que han adoptado papeles como líderes de un movimiento de mujeres.

Es más, en el circo legislativo de Brasil tienen a un diputado que, antes de llegar a la cámara cobraba como el payaso “Gruñón”, ¿alguien se acuerda del “Lagrimita” que quiso ser candidato para la alcaldía de Guadalajara?

Lo lamentable, sin embargo, es que la situación de Brasil no es muy distinta a la de México. De este lado del continente también han desfilado candidatos que salieron del cine de ficheras, futbolistas agresivos, tenistas, hombres ligados al narcotráfico, velocistas, cantantes gruperos y demás polémicos personajes que ocupan o pretenden ocupar un escaño político.

Tanto en Brasil como en México, estos amateurs de la política han convertido sus respectivos congresos y alcaldías en un verdadero circo. Por eso preguntamos, ¿es cierto que cada pueblo tiene el Gobierno que se merece?

*Con información de The New York Times