Delfín de Duarte va por gobierno de Chihuahua

Al parecer, las estrellas sí se alinearon en Chihuahua.

El pasado dos de diciembre, en el Itinerario Político dijimos que de existir las condiciones, el priismo chihuahuense nombraría a su candidato al gobierno estatal antes del fin de año.

Y así ocurrió.

Hace horas, el CEN del PRI anunció que Enrique Serrano –alcalde con licencia de Ciudad Juárez– será el abanderado tricolor en la elección del 5 de junio de 2016.

Anteriormente, en este espacio comentamos que en Chihuahua, el pleito sería entre priistas. De hecho, adelantamos que la disputa ocurriría entre ex gobernadores priistas.

Según los enterados, el gobernador en funciones –César Duarte–, impulsó a tres figuras:

Uno. El ex coordinador de Políticas Públicas del gobierno estatal, Héctor “Teto” Murguía.

Dos. La senadora y ex secretaria de gobierno de la administración Duarte, Graciela Ortiz.

Y tres. El alcalde de Juárez, Enrique Serrano; quien finalmente se quedó con la candidatura.

Pero había más nombres en la baraja.

El ex gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza —adversario de César Duarte—, pretendía convertir en candidato al ex alcalde de la capital, el señor Marco Adán Quezada.

Y a su vez, el senador Joel Ayala —líder de la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado—, también impulsó a su gallo, a la senadora Lilia Merodio, la más joven de la actual legislatura.

Frente al elevado número de jugadores en la contienda, más de uno adelantó resquebrajamientos y conflictos al interior del PRI.

No obstante, al botepronto, pareciera que el señor Manlio Fabio Beltrones –líder nacional del PRI–, hizo gala del colmillo político que le distingue. Es decir, que supo tejer las alianzas necesarias y limar las asperezas. ¿Por qué?

Porque Héctor “Teto” Murguía –el otro delfín del gobernador Duarte–, será el candidato del PRI al gobierno de Ciudad Juárez. Mientras que Lucía Denisse Chavira Acosta –esposa del ex alcalde Marco Adán Quezada–, buscará la alcaldía de la capital del estado.

Es decir, que por lo que se ve, el señor Beltrones no dejó cabos sueltos.