El “chayo” o “chayote” era una práctica muy común en el régimen autoritario de partido único que encabezó el PRI durante 70 años, pero que empezó a declinar al mismo tiempo que llegaba la pluralidad política a nuestro país.
El actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, critica constantemente esta vieja práctica que denigraba al periodismo y a los periodistas, pero al parecer se vale de otra, que también sentó sus reales en el viejo régimen, del que él, por cierto, formó parte: las preguntas a modo para los gobernantes.
Pero además, el presidente inventó una nueva práctica igual o peor de denigrante que el chayo: la siembra de pseudoreporteros que desde la primera fila en las mañaneras de Palacio Nacional hacen preguntas sobre temas frívolos y le endulzan el oído al presidente con comentarios zalameros.
El INE investiga si la Presidencia de la República pagó para que un reportero de hiciera una pregunta a modo durante la mañanera del pasado 23 de diciembre, de tal forma que el primer mandatario pudiera explayarse en una severa crítica hacia la alianza opositora PRI-PAN-PRD que competirá contra Morena en las elecciones de este año.
El pasado 14 de enero el INE preguntó formalmente a la Presidencia si paga a reporteros para que hagan preguntas a modo y la primera respuesta surgió del hígado del director general de Comunicación Social, Jesús Ramírez Cuevas, quien en su cuenta de Twitter cuestionó por qué el Instituto Electoral no investigó antes el “chayo” a televisoras.
La pregunta sobre la alianza opositora la hizo Miguel Ángel Arzate Ramírez, quien tiene una plaza como responsable de la Mesa de Redacción del Canal 14, el cual pertenece al Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR).
Desconocemos si Arzate Ramírez tenía la consigna de hacer la polémica pregunta que tanta controversia causó o si lo hizo a motu propio, pero lo cierto es que al ser un empleado del Estado, estrictamente el gobierno federal sí le pagó por acudir a dicha conferencia de prensa del 23 de diciembre a realizar su trabajo.
Desconocemos también si los estrafalarios personajes, que no son ni reporteros ni blogueros ni youtubers pero que ocupan la primera fila en las mañaneras, reciben algún beneficio económico o material del gobierno por ponerse de tapetes cotidianamente con el presidente de la República, o lo hacen por convicción.
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Pero el solo hecho de que sean aceptados en las conferencias de prensa sin ser periodistas ni representar a medio de comunicación alguno y que tengan preferencia para usar el micrófono para hacer preguntas bobas o para llenar de elogios al presidente, habla de una estrategia deliberada de los cerebros de la 4-T para que el primer mandatario tenga mañaneras a modo.
El patético Lord Molécula, quien el pasado 21 de diciembre llegó a la mañanera disfrazado de árbol de navidad para entregar “un presente” a López Obrador, es todo un símbolo de estos especímenes que en agosto del año pasado hasta obtuvieron un ‘doctorado honoris causa’ de una universidad gansito.
¿Qué es preferible, el “chayo”, las preguntas sembradas o el apapacho de personajes folclóricos que transpiran frivolidad? Ninguna de las tres. Lo que se requiere es que haya medios y periodistas críticos del poder y gobernantes tolerantes con la crítica.
Por cierto, el presidente López Obrador no ha dejado del todo la práctica del chayo, digamos, en su modalidad institucional. Ahí están los contratos millonarios que su gobierno ha entregado por concepto de publicidad a La Jornada y a las Televisoras, los medios que no lo critican.
OFF THE RECORD
**SE HARTÓ ELENITA
Hablando de las mañaneras, vaya crítica que hizo la escritora Elena Poniatowska al presidente de la República por las mañaneras y por su conducta tendiente a dividir al país.
¿A ella también la acusarán de conservadora, fifí, chayotera e intelectual orgánica?
**ANAYA, A PASEAR
Sorprendió el anuncio del exdirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, en el sentido de que a la de ya, se dedicará a recorrer el país como parte de su campaña adelantada por la Presidencia de la República.
¿No será que Anaya prefirió no compartir el espacio en San Lázaro con Margarita Zavala, a quien se le ve ya como próxima diputada federal del PAN?
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