AMLO SE COMPRA UN NUEVO ENEMIGO

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Como buen populista, el presidente Andrés Manuel López Obrador necesita tener siempre un enemigo con el cual ponerse los guantes para no dejar de recibir los aplausos de su  feligresía. Y su nuevo enemigo se llama Joe Biden.

A finales de los años ochentas, cuando dejó el virtual anonimato en el que prevalecía en su natal Tabasco para empezar a figurar en las grandes ligas de la política, su enemigo favorito era “el PRI-gobierno” y más específicamente, “el innombrable”, Carlos Salinas de Gortari.

Pero los enemigos pasan de moda. A partir del 2006 su principal enemigo ya era Felipe Calderón, el “espurio”. Y durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el principal enemigo de López Obrador fue “la mafia en el poder”, en donde cabían todos los anteriores pero además los grandes empresarios y las dos principales televisoras del país.

Las circunstancias cambiaron y López Obrador empezó a perdonar y a santificar a algunos de los que formaban parte de esa “mafia en el poder”, como a los dueños de Televisa y TV Azteca, Emilio Azcárraga Milmo y Ricardo Salinas Pliego, respectivamente. Perdonó también a varios empresarios y hasta al PVEM.

Ya en la Presidencia de la República, López Obrador hizo objeto de sus ataques e insultos a “los conservadores”. Pero el término es tan abstracto y tan ambiguo, que no funcionaba tanto para los fines deseados.

Entonces decidió que su nuevo enemigo, el que le permitirá –eso pretende él–  recuperar la popularidad perdida tras dos años desastrosos de gobierno y erigirse como el líder del pueblo mexicano que nunca ha sido, será el próximo presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Desde que el demócrata derrotó en las elecciones de su país a Donald Trump, el presidente López Obrador no ha desperdiciado oportunidad alguna para mostrar su hostilidad hacia él.

Fue de los pocos jefes de Estado del mundo que le regateó el reconocimiento a su triunfo electoral, algo en lo que solo se empató con los líderes de regímenes autoritarios, como el de Rusia, el de Turquía y el de Corea del Norte.

En días pasados, López Obrador anunció que México le ofrecería asilo político al activista Julian Assange, algo que difícilmente ocurrirá pero que en cambio sí tensará en gran medida la relación bilateral con Estados Unidos, en donde Assange es considerado un delincuente.

López Obrador se negó a condenar, como hubiera sido lógico, la toma del Capitolio de Washington el seis de este mes por parte de hordas impulsadas por su amigo Donald Trump.

Antes había hecho aprobar por su aplanadora de Morena en el Congreso reformas a la Ley de Seguridad Nacional para imponer restricciones a la actuación de elementos de agencias extranjeras en México, con clara dedicación a la DEA.

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Y la puntilla de toda esta campaña de hostilidad fue la divulgación del expediente de la DEA sobre el general Salvador Cienfuegos, con lo que nuestro país violó los acuerdos bilaterales sobre cooperación en materia de seguridad.

Con todo este coctel de acciones hostiles por parte de su vecino del sur, Joe Biden tomará posesión de la Presidencia de Estados Unidos al medio día de mañana.

A juzgar por el comportamiento previo de López Obrador, la relación con Estados Unidos en lo que queda del gobierno obradorista será muy ríspida, pues hay muchas decisiones de la llamada 4-T en las que la administración de Biden no estará de acuerdo.

Entonces López Obrador tendrá la oportunidad de emular a los líderes de repúblicas bananeras que ganaban popularidad en sus países al enfrentarse con todo “al imperio”, “a los yanquis” y a otros fantasmas.

Lo malo es que este comportamiento populista de nuestro presidente provocará graves afectaciones al interés nacional, al que paradójicamente dirá que defiende, pues Estados Unidos cuenta con muchas herramientas para ejercer presión sobre nuestro país.

OFF THE RECORD

**DE GACELA A GOBERNADORA

Se desató el morbo con el registro de Paloma Aguilar Correa como precandidata de Morena al gobierno de San Luis Potosí.

Y es que todo mundo ubica a la joven Paloma como parte del equipo de escoltas del presidente Andrés Manuel López Obrador. De esa seguridad que el mandatario dice no tener pero que sí tiene.

Aparentemente, Paloma tiene escasas posibilidades de aparecer en la boleta electoral.

Pero…¿Entonces por qué le facilitaron su registro?

**¿SE FUE POR ESTRÉS?

¿En verdad Miriam Esther Veras Godoy renunció a su cargo de responsable del Programa de Vacunación por estrés?

Si fue así se entiende; cualquiera se estresaría al ver la forma desastrosa en que se lleva a cabo la vacunación anti-Covid.

Antes de irse, Miriam contagió de su mal a todo el gobierno, al grado de que mejor borraron de inmediato su historial. Todo por el maldito estrés.

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