¡CUIDADO CON LAS DISTRACCIONES!

El método de Eisenhower ayuda a determinar nuestras prioridades y a saber cuáles de nuestras actividades son importantes

Cuando tenemos mucho trabajo y poco tiempo para hacerlo, el estrés empieza a invadirnos y la concentración parece esfumarse. Todo parece distraernos.
Como sabemos, en cualquier empresa resulta esencial realizar las tareas de forma eficiente. Por ello, establecer prioridades juega un papel fundamental si se quiere evitar que los asuntos urgentes y los importantes se queden atrás.
Entonces, ¿cómo puede vencer este estrés y entregar las cosas que son esenciales para hacer un buen trabajo?
Dwight David “Ike” Eisenhower, tenía un método para utilizar el tiempo de manera efectiva definiendo nuestras prioridades y centrándonos en el trabajo más importante; conocido como “Método Eisenhower”.
¿Cómo funciona? Es bastante sencillo: es necesario distinguir entre lo que es urgente y lo que no lo es; entre lo que es importante y lo que no lo es.
El utilizaba una matriz dividiendo las tareas en cuatro cuadrantes: importantes y urgentes (requieren de toda nuestra concentración y acción inmediata) tareas importantes pero no urgentes (que son las que hay que planificar y resolver, pero podemos posponer el momento de llevarlas a cabo) las tareas urgentes pero no importantes (son las que puedes delegar) y las no urgentes ni importantes (son las que debemos desechar).
El método de Eisenhower ayuda a determinar nuestras prioridades y a saber cuáles de nuestras actividades son importantes y cuáles son, por el contrario, meras distracciones.
Este principio, tan útil en el ámbito laboral puede ser también una gran guía en la política y en nuestra labor como ciudadanos. Muchas veces, la opinión pública se distrae de los temas urgentes e importantes del país, para pasar horas discutiendo temas que no son importantes y mucho menos urgentes; por ejemplo: hablar sobre temas de apariencia, apodos -por simpáticos que sean-, rifas, dicharachos, resultan en memes divertidos pero no sirven de mucho más.
De la misma forma, hay que poner en su justa medida los temas que son urgentes pero no importantes, esos que son fáciles de delegar, dirigiendo nuestras quejas o sugerencias a al titular de la dependencia adecuada, no al mandamás.
Tenemos que centrarnos en lo fundamental: La carencia de medicamentos oncológicos para los niños es urgente e importante, lo mismo sucede en temas de seguridad; economía y manejo de la pandemia.
Hay otros temas importantes, que no son urgentes todavía como temas legislativos, pero que hay que empezar a atender antes de que se vuelvan urgentes.
Si queremos hacer nuestro trabajo bien debemos centrarnos en lo importante y dejar las distracciones de lado. Ojo: si alguien no quiere que hagamos nuestro trabajo bien, seguramente hará todo para que nuestra atención se vaya a lo que no es urgente ni importante, es decir, puros distractores. 
Buen domingo a todos. Gracias por leerme.
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