Durante las últimas horas se ha desatado una ola de críticas en contra del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, por la muerte de Giovanni López Ramírez presuntamente a manos de elementos de seguridad del estado, y por el comportamiento de la policía durante las protestas que desató el hecho.
Personajes como el senador de Morena Félix Salgado Macedonio, quien exigió que Alfaro dejara su puesto de manera inmediata; Ricardo Monreal, por su parte, también satanizó al integrante de Movimiento Ciudadano y declaró: “la suspensión de facto de las garantías individuales es una amenaza para los derechos humanos; lamentablemente, ahora estamos padeciendo las consecuencias de esta barbarie”.
A los reclamos se sumó la secretaria de Gobierno, Olga Sánchez Cordero, quien pidió #JusticiaParaGiovanni; el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el cual lamentó los hechos e irónicamente condenó la militarización de temas de salud; además de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, misma que aseguró que “la policía no está para reprimir al pueblo sino para darle paz y seguridad”.
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Sin embargo, todos estos actores de la cuarta transformación no convencen mucho a los mexicanos pues, casi de manera simultánea, ocurrió un caso muy similar en Tijuana, Baja California, con el asesinato de Oliver López supuestamente por un policía, pero al estar gobernado por el morenista Jaime Bonilla parece no tener tanta relevancia.
¿En verdad quieren justicia para Giovanni o están utilizando la terrible pérdida de un ser humano para su guerra política?
