El asalto al INE comenzó por parte del gobierno, Morena y su formidable aparato de propaganda, que aborrecen los equilibrios democráticos y los organismos autónomos porque estorban su proyecto totalitario.
Abrieron el fuego de manera estratégicamente coordinada desde el gobierno, redes sociales, la dirigencia nacional de Morena y panfletarios de la 4T en medios impresos.
El domingo se realizó una manifestación en contra del presidente del INE, Lorenzo Córdova, para quien piden “cárcel” en mantas y gritos de una marcha compuesta mayoritariamente por personas de la tercera edad, beneficiarias de programas sociales impulsados por López Obrador desde que fue jefe de Gobierno.
Si no fuera tan miserable la andanada contra la democracia y contra Córdova, de quien no soy amigo ni tengo mayores afinidades, podría tomarse la actitud de Morena y del gobierno como simple presión política en el forcejeo habitual de los partidos. No lo es. Se trata de un asalto.
Echaron a andar a su clientela electoral para agredir a una institución clave para la democracia. Les estorba.
La secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, cabeza visible de la facción totalitaria del gobierno y su partido –cuyo jefe real es AMLO–, expuso en redes sociales: “No es de demócratas, señor Lorenzo Córdova. Sea valiente: escuche bien al único consejero electoral del INE México que hoy nos representa a todos los mexicanos. Mi reconocimiento @Jose_Roberto77, por su valor y dignidad”.
Más claridad, imposible: desde el gabinete nos dicen que hay un “INE legítimo” encabezado por el consejero José Roberto Ruiz Saldaña.
El ataque contra el INE usó como pretexto la reelección de Edmundo Jacobo Molina al frente de la Secretaría General del Instituto, votado por los consejeros y de acuerdo con la ley.
Como dijo el consejero Ciro Murayama: “Los funcionarios del INE no los ponen ni los quitan actores políticos, es una decisión que la ley le ha conferido a los consejeros y debemos aplicar con determinación nuestra independencia”.
El fuego contra el INE y Córdova en particular lo alentaron dos consejeros nacionales de Morena, Pedro Miguel y Enrique Galván Ochoa. Éste último, encargado por AMLO para redactar la “Constitución Moral” que nos quieren imponer, escribió en redes sociales:
“Van por ti Lorenzo Córdova V. No vas a escapar”.
Ese lenguaje es de sicarios, de bandidos, propio de quienes encabezan un asalto.
Quieren intimidar a Córdova y a consejeros que se toman en serio su autonomía e independencia, y luego deponerlos. Ya tienen a su “presidente legítimo”, José Roberto Ruiz Saldaña, y este año la Cámara de Diputados, dominada por Morena, elegirá a cuatro nuevos consejeros.
Pedro Miguel, fundador de Morena, escribió que “si la indignación en Twitter se convirtiera en manifestaciones masivas, pacíficas y bien organizadas, Lorenzo Córdova pronto estaría atendiendo el puesto de tacos que hay frente al INE”.
Eso es lo que hay y eso es lo que viene: manifestaciones “pacíficas” para destruir la democracia.
Ya les hicieron una, muy leve, a los ministros de la Corte. Les hicieron otra, pequeña pero miserable, a los LeBarón y demás familiares de las víctimas en la matanza de Bavispe. En la conferencia mañanera de AMLO, asistentes afines a él retaron a golpes a los periodistas que quieren hacer preguntas al Presidente. “¿¡Quién es tu jefe, Pablo o Raymundo!?”. “¡Vamos afuera!” Todo eso ocurre dentro de Palacio Nacional (Ver crónica de Daniel Blancas, el viernes, en Crónica)
Así comienza el acoso contra toda disidencia, pensamiento crítico y organismos autónomos. Incluso se llega a la canallada de instar a golpearse entre reporteros.
¿Y todavía en el sector privado le dan al gobierno el beneficio de la duda? ¿No se dan cuenta hacia dónde nos llevan?
¿Se van a esperar a que les hagan manifestaciones a ellos, cuando los culpen del fracaso económico del gobierno?
En la marcha contra el INE, gritaron consignas y exhibieron carteles que decían “¡Juicio político contra Lorenzo Córdova, por infestar al INE de corrupción, no respetar la Constitución y encubrir al Borolas con sus fraudes”.
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Lo mismo hacen articulistas y cartonistas militantes de la 4T en diarios de circulación nacional, que con la mano en la cintura pintan al presidente del INE como si fuera un ladrón y un corrupto.
¿Qué prueba o indicio tienen? Ninguno, porque es falso. Lo que hacen es de miserables.
Así “ablandan” a los que creen en la democracia y tienen por obligación defenderla.
Se trata de propaganda orquestada para demoler la independencia del INE por la vía del desprestigio y tomarlo por asalto.
