El mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, hijo de emigrantes palestinos de 38 años de edad conquistó la presidencia salvadoreña arrasando en las elecciones generales celebradas hace un año.
El joven presidente irrumpió la Asamblea Legislativa con militares armados, esto con la justificación de obtener la aprobación de un préstamo para financiar el plan de seguridad que termine con las maras, dicha pandilla juvenil que surgió durante los años setenta y ochenta y que es considerada una organización terroristas.
De acuerdo con la columna de Luis Gonzalo Segura, el plan de Bukele consiste en solicitar un crédito de 109 millones de dólares al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), para realizar la tercera fase de modernización de las fuerzas de seguridad, cuyo coste asciende a 575 millones de dólares, de los que un total de 200 millones serán financiados por la entidad bancaria.
Ante ello, se pretende recuperar el control del territorio, asfixiar económicamente a las maras, con el objetivo de terminar con dicha pandilla en su totalidad.
Tras dicha petición, la Asamblea Legislativa se negó en aprobar la solicitud de dicho crédito, pues no lo consideraron una emergencia nacional, sino que más bien al contrario: entendieron que ello supondría un endeudamiento para el país