Cuando se piensa en violencia e inseguridad en México, las imágenes más recurrentes son aquellas que remiten a las plazas con presencia del crimen organizado: los estados del occidente del país con presencia del Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación; el Cártel del Golfo, en Tamaulipas; Los Zetas, en Veracruz, Coahuila y Nuevo León; los Caballeros Templarios, en Michoacán; o los Beltrán Leyva en Guerrero.
También los bloqueos y movilizaciones de la CNTE en Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas; los atentados contra periodistas en Veracruz o las manifestaciones contra el Gobierno en Morelos a causa de la inseguridad…Pero, ¿Qué hay de la Ciudad de México? ¿Por qué no se habla de violencia en la capital?
Aunque se habla de presencia —al menos no dominante— de cárteles del narcotráfico, pareciera ser que los principales problemas en la capital son las constantes marchas, el caos vial o la contaminación. Sin embargo, el hecho de que los problemas de seguridad no estén relacionados con problemas tan graves como los que afectan a los estados no exime a la Ciudad de ser un foco de violencia.
De acuerdo con datos proporcionados por Rodolfo Ríos, procurador general de Justicia de la Ciudad de México, en los primeros siete meses del presente año la tasa de homicidios dolosos ha aumentado un 26. 8 por ciento. A partir de 2014, las cifras y las tasas relacionadas con los homicidios han ido incrementando de forma progresiva; hace dos años se cometieron 413 homicidios entre enero y julio y en el mismo periodo de 2015 la cifra aumentó a 491; mientras que en 2016 se registraron 524 homicidios.
Por su parte, el promedio de homicidios al día pasó de 2.1 en 2014 a 2.3 en 2015 y 2.4 en 2016.
Las cifras colocan a la capital del país en el lugar 19 entre las ciudades con más homicidios a nivel nacional. E móvil de los asesinatos es revelador: 43 por ciento de los crímenes son derivados de riñas; 34.7 de represalias personales; 12. 7 de robos y sólo el 9 por ciento corresponde a otro tipo de motivos. Es decir que más del 80 por ciento de los crímenes involucran a personas que se conocen entre sí.
Estos datos dan cuenta de la forma en que la violencia ha penetrado en las comunidades. Se trata de un cáncer que es más silencioso que los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, las masacres o las agresiones de manifestantes a la policía, pero es igual de dañino y que además se acompaña de la violencia intrafamiliar, la violencia de género, el acoso y otro tipo de crímenes.
Con estos datos ¿No es de preocupar a las autoridades capitalinas?
