La Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbanos (Sedatu) presentó irregularidades en los censos de viviendas dañadas y número de ayudas repartidas a los damnificados por los sismos del pasado 7 y 19 de septiembre del 2017, de acuerdo con el informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentado ayer ante la Cámara de Diputados por el nuevo auditor, David Colmenares.
En el reporte entregado muestra inconsistencias en las bases de viviendas dañadas que la Sedatu entregó al Banco de Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), para que éste liberara los recursos del Fondo Nacional de Desastres (Fonden).
Por ejemplo, 44 mil 506 viviendas reportadas con daños se ubican en la misma dirección, 13 mil 347 viviendas se les otorgó un apoyo con el mismo número de folio o el reporte de 172 mil viviendas afectadas mientras otros 10 subcomités de daños reportaron 75 mil 945 casas afectadas.
Ya ni hablamos del caso donde 720 municipios de 9 entidades más la Ciudad de México fueron enlistados como zonas de desastre natural y emergencia extraordinaria pero Sedatu solo levantó información de posibles viviendas con daños en 379 municipios y 7 delegaciones de la capital, un 52.4% del total de municipios y delegaciones declarados.
“La Sedatu no las consideró (a 8 millones 750 mil 407 personas) para elaborar el censo y padrón de beneficiarios, lo que impidió contar con información confiable para programar y priorizar la reconstrucción y rehabilitación de las viviendas afectadas”, recalca la ASF.
Toda la suma de inconsistencias dio como resultado 9 observaciones para la Sedatu y 26 recomendaciones al desempeño de la reconstrucción de viviendas. ¿Cuántos “errores” más seguirán destruyendo los apoyos a los damnificados? ¿Dónde quedó ese dinero?
