Desde que comenzó el brote de COVID-19 en México el personal de salud ha sido la primera línea de defensa; sin embargo, en varios estados han sido víctimas de agresiones tanto físicas como verbales.
El primer caso que se hizo público fue el de seis enfermeras de Guadalajara quienes denunciaron que varios taxistas les negaron el servicio y también las insultaron. Después, en Culiacán, un hombre le arrojo cloro a una enfermera.
Mientras que en San Luis Potosí, una mujer y sus dos hijos cargaron en contra de una profesional se la salud, al tiempo que en Mérida, a otra, le aventaron café caliente en la espalda.
Incluso, en la comunidad de Axochiapan, Morelos, los pobladores amagaron con prenderle fuego a un hospital ubicado ahí, esto si la Secretaría de Salud lo convertía en una clínica para atender a pacientes contagiados con coronavirus.
No obstante, en San Sabinas Hidalgo, Nuevo León, la amenaza sí se cumplió y la gente incendió un hospital en desuso que sería habilitado por miembros de las Fuerzas Armadas.
Pero las agresiones continúan, y conforme avanza la pandemia, se hacen tan frecuentes que, hasta cierto punto, denotan ignorancia, discriminación, machismo o violencia estructural.
“El 85 por ciento de los profesionales de enfermería son mujeres. Esa profesión está ligada al ‘cuidado’ de los pacientes y no al ‘diagnóstico’, que le pertenece a la figura intelectual del médico. Una enfermera ‘ejecuta’ las indicaciones de un superior, por lo general, de un médico varón, y son vistas como profesionales de segunda, casi como técnicas. Por eso las personas asumen que pueden agredirlas”, reveló Mayra Borbón, doctoranda de la UAM e integrante del Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México, quien aseguró que existe misoginia detrás de las agresiones.
Para E. Torres, especialista de nefrolgía que radica en Guadalajara, toda esta situación se trata de miedo e ignorancia.
“La gente cree que quienes los contagiamos somos nosotros y como escucharon que con cloro se mata al virus es con lo primero que agreden (…) Les avientan cloro a las enfermeras, pero no he escuchado que nadie le haya hecho lo mismo a algún médico”, explicó.
Este tipo de acciones revelan muchos estigmas que existen entre sociedad mexicana, los cuales se mencionaron líneas arriba y a pesar de que las autoridades han tratado de contener el problema poco han hecho, ya que las agresiones en contra del personal médico continúan. Pero deben acabar, pues son ellos los que salvarán la vida de miles de ciudadanos.
Con información de Milenio
