A lo largo de la semana se dio a conocer que los laboratorios AstraZeneca detuvieron las pruebas de la tercera fase de la vacuna contra el COVID-19 lo que generó bastante expectativa en cuanto al verdadero funcionamiento y efectividad del fármaco.
Así lo reveló el director de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, Francis Collins, quien informó que uno de los voluntarios se enfermó con mielitis transversa, trastorno que provoca una inflamación en la médula espinal, diagnóstico que podría tirar todos estos meses a la basura si es que se comprueba que está totalmente ligado a la vacuna.
“Esto debería ser tranquilizador para todos los que escuchan cuando decimos que nos vamos a enfocar primero en la seguridad y no vamos a hacer concesiones, esta es la prueba A. Esto se basa en un solo evento adverso grave que puede o no tener algo que ver con la vacuna, pero es el mejor tipo de enfoque cauteloso para detenerse rápidamente y ver si hay alguna otra evidencia de la que preocuparse”, comentó Collins ante el Senado estadounidense.
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Por su parte, el director ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot, confirmó la noticia y reveló que se trata de una mujer en Reino Unido quien presentó la enfermedad y aunque ya se encuentra en recuperación, aún faltan estudios para decretar que se trata de una enfermedad particular y no por la vacuna.
MC
