AMLO, producto de la ambición política

El tabasqueño con discursos pausados, necio, rejego, intolerante y de doble moral, el cual no acepta que México se derrumba ante sus ojos pero insiste en que “tiene otros datos”, ¡vaya cinismo! 

Especial

Su recelo político y la popularidad con el pueblo mexicano fue lo que posicionaron a Andrés Manuel López Obrador, justo en donde se encuentra ahora, en el poder, el cual le costó dos sexenios.

El descontento social y el declive político abanderaba siempre la situación de México, no tardó quien se aprovechara de dicha situación para figurarse como el “mesías” con el falso objetivo de cambiar el curso de este país.

Este es el caso de López Obrador, el tabasqueño con discursos pausados, necio, rejego, intolerante y de doble moral, el cual no acepta que México se derrumba ante sus ojos pero insiste en que “tiene otros datos”, ¡vaya cinismo!  

De acuerdo con el economista mexicano y columnista Macario Schettino, “Rara vez los sexenios duran los seis años completos. Algunos terminan un poco antes de tiempo, otros apenas empezando. El origen es siempre un imprevisto frente al que no se tiene capacidad de reaccionar”.

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Cabe destacar, que la incapacidad por mostrar empatía por las víctimas de violencia que aqueja día a día a las mujeres del país, el desabasto de medicamentos, sus ridículas opciones por vender el avión presidencial, discursos vagos y vacíos y su evidente costumbre de culpar al neoliberalismo de sus estupideces, son lo que marcarán su sexenio.