AMLO EN LA ONU: QUÉ DESPERDICIO

Su obsesión populista y su proclividad a no escuchar consejos lo llevó a hacer el ridículo ante ese gran escaparate mundial

Ayer fuimos testigos de la forma tan lamentable en que el presidente Andrés Manuel López Obrador desperdició el privilegio de hablar ante el Consejo de Seguridad de la ONU, órgano que nuestro país encabezará durante el resto del mes.

En lugar de convertirse en una voz mundial que planteara una agenda acorde con las funciones que tiene el Consejo de Seguridad –el órgano más importante dentro de las Naciones Unidas–  López Obrador prefirió hablar de sus ocurrencias populistas carentes de toda viabilidad.

El Consejo de Seguridad de la ONU, integrado solo por 15 miembros, tiene cuatro funciones fundamentales: mantener la paz y la seguridad internacionales, fomentar relaciones de amistad entre las naciones, cooperar en la solución de problemas internacionales y en el desarrollo del respeto a los derechos humanos y servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones.

¿Qué tienen que ver estas funciones del Consejo de Seguridad con pasar la charola a los mil hombres más ricos del mundo y a las mil empresas más poderosas del planeta para luego crear un programa clientelar a imagen y semejanza de los que existen en México?

¿Entregar un poco de dinero a 72 millones de personas en el mundo a través de una tarjeta, como lo propuso López Obrador, resolverá la crisis que se vive en el Medio Oriente o en varias regiones de Africa?

¿Ese programa clientelar mundial –una gran fantasía del presidente–  resolverá el problema de las violaciones graves a los derechos humanos en Cuba, Nicaragua, Venezuela, Corea del Norte o Afganistán?

En lo que resta de noviembre, a México le corresponde convocar a reuniones del Consejo de Seguridad, definir la agenda, perfilar resoluciones y atender cualquier crisis mundial que se presente en ese lapso.

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Hace unos días, reporteros de medios internacionales le preguntaron al representante de México ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, si el Consejo de Seguridad incluiría en su agenda de este mes la crisis de Etiopía y de Myanmar, a lo que el diplomático respondió que era “altamente posible”.

¿Ahora con qué cara impulsará De la Fuente ante el resto de miembros del Consejo una agenda que incluya esas y otras crisis que amenazan la paz mundial y los derechos humanos cuando el jefe del Estado mexicano definió como su prioridad promocionar sus ocurrencias populistas?

Si López Obrador no sabe de política exterior y no entiende la relevancia que tiene para cualquier nación presidir el Consejo de Seguridad de la ONU, al menos debió dejarse asesorar por quienes sí dominan estos temas.

Pero su obsesión populista y su proclividad a no escuchar consejos lo llevó a hacer el ridículo ante ese gran escaparate mundial que representa el Consejo de Seguridad de la ONU.

OFF THE RECORD

**CON CUBREBOCAS

Por cierto, López Obrador acudió a la sede de la ONU con cubrebocas.

En casa se pasa por el arco del triunfo las normas legales y de urbanidad, pero en el extranjero se alínea por la derecha.

**EL INQUISIDOR

El secretario de Hacienda, Rogelio de la O, debió dar posesión a Pablo Gómez como nuevo titular de la Unidad de Inteligencia Financiera.

Pero al ordenar que lo hiciera el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el presidente López Obrador confirmó que será reforzado el carácter policiaco e inquisidor que ha tenido durante su gobierno la UIF.

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