A un año… ¿festejamos o esperamos?

El primero de julio de 2018 fue un día histórico. Andrés Manuel López Obrador obtuvo en las urnas un triunfo monumental. Un gran logro que no puede discutirse, ni regatearse.

Entendible que el presidente quiera celebrarlo. Vamos a a celebrar que no es poca cosa, es un año de triunfo de muchos mexicanos que luchar para vivir estos momentos, algunos ya nos dejaron pero gracias a ellos se avanzó y otros que estamos viviendo este tiempo de transformación”, manifestó el presidente en su conferencia matutina del martes pasado.

Sin embargo, más allá del triunfo político, si verdaderamente quieren que la transformación sea positiva para el país hay asuntos urgentes que tratar en términos económicos, de seguridad y derechos humanos que deben resolverse a la brevedad. 

Seguridad

Twitter:@AnitaLomeli (28 de junio 2019)

“Mi hijo está con sus amigos, como supongo muchos jóvenes y no tan jóvenes, me da gusto es viernes pero me aterra que esté fuera de casa  #inseguridad #yabasta #nohaydormir #nohaypaz” 

Anita, al igual que muchas madres, está muy preocupada. Tristemente, tienen razón. La violencia en México ha tenido un aumento sin precedentes. Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelaron que el mes de mayo ha sido el más violento del que se tenga registro en la Ciudad de México.

El país no está mejor. El primer semestre del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador cierra como el de más violento registrado: 17 mil 500 personas asesinadas. Las cifras de junio (todavía no oficiales) parecen ser aún peores. Sabemos que la violencia es un problema heredado, no originado por la presente administración.

Sin embargo, es un rubro que no se ha atendido correctamente y al que se debe dar prioridad. Con estas cifras, hay poco que celebrar y mucho de qué preocuparse. La inseguridad ha provocado una baja en popularidad de Claudia Sheinbaum.

En una encuesta recién publicada por el Universal sólo el 39 por ciento de los encuestados aprobó su gestión. No se puede hablar de “bienestar”, si no hay seguridad. 

 

Economía

Si algo ha sido constante en los últimos meses han sido los recortes a las expectativas de crecimiento. Recientemente fue JP Morgan quien bajó su expectativa de crecimiento económico para México de crecimiento a menos del 1 por ciento, dado que los recientes datos económicos muestran que la desaceleración persiste.

Lejos se ve el 2 por ciento de sexenios anteriores y el 4 por ciento prometido, parece casi imposible de alcanzar. Citibanamex, BNP Paribas, Scotiabank, Credit Suisse también han bajado sus pronóstico.

Por su parte Barclays Bank disminuyo su pronostico de crecimiento económico en este año, a 0.5%. La institución asegura que la economía de nuestro Pais pierde fuerza muy rápido. No, no podemos hablar de recesión todavía pero los signos son de alarma, no de festejo. 

 

Derechos Humanos

El gobierno de México rechazó (y descalificó de forma peyorativa) la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en la que señalaron que los cambios al programas de estancias infantiles vulneró derechos humanos de niños, padres trabajadores de los centros.

Quizá no debería extrañar porque el presidente no asistió al informe de esa institución hace unas semanas, lo que no había ocurrido en 29 años. (Aquí la resolución de la CNDH) ¿Merecía la respuesta que le dio la Secretaría del Bienestar?

No y tampoco creo que sea prudente festejar mientras hay niños sin quimioterapias, adultos sin retrovirales, mujeres violentadas sin albergues, madres e hijos sin estancias infantiles y los funcionarios despedidos sin las compensaciones legales. 

Repito, imposible regatear el triunfo histórico del presidente Andrés Manuel López Obrador el 1º de julio del año pasado. Lo que todavía no está tan claro es si ese triunfo ha sido positivo para el país.

Quizá sería más prudente esperar al bailongo en el zócalo, cuando haya crecimiento económico, aumento en la seguridad y respeto a los derechos humanos.   

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