A medida que México se prepara para enfrentar el pico de infecciones (en mayo) del Covid-19, los grupos criminales se posicionan y aprovechan la pandemia para repartir comida y otros enseres a la población más vulnerable en los estados.
Diarios internacionales como The Guardian y El País, han publicado notas relacionadas con imágenes y vídeos que han estado circulando en redes sociales donde aparecen familias recibiendo paquetes de ayuda que provienen de un jefe del crimen local, o simplemente en la caja o la bolsa de la comida aparece una pegatina con el nombre del grupo criminal.
“Los activos de las fuerzas del orden público en México se centrarán en los bloqueos relacionados con Covid-19, y los grupos criminales claramente están utilizando la recesión económica y los bloqueos para construir capital político”, dijo Vanda Felbab-Brown, investigadora principal de la Brookings Institution.
Por su parte, de acuerdo a The Guardian, en una entrevista reciente, la razón detrás de tal comportamiento fue aclarada por el jefe del Cartel del Sur, uno de los grupos que compiten en la Sierra del estado sureño de Guerrero, donde se produce la mayor parte de la heroína de México.
“Si protegemos [a las poblaciones locales], también nos protegerán a nosotros”, dijo.
En cuanto a los civiles, están conscientes que viven bajo el gobierno de grupos criminales y de las motivaciones de los delincuentes.
“No es que ninguno de ellos sea buena gente”, dijo un local en Michoacán, “pero la verdad es que no podemos esperar mucho de nadie más. Al menos sabemos [el grupo armado local], por lo que son de alguna manera la solución menos mala ”.
En los últimos 20 años, los sucesivos gobiernos mexicanos han demostrado ser incapaces de frenar a los grupos armados ilegales cuyo control territorial en expansión ha traído consigo niveles cada vez mayores de conflictos letales.
Y a medida que las autoridades mexicanas concentran los recursos en el control de la pandemia, los analistas temen que los grupos criminales aprovechen la crisis para alejar aún más el poder del estado.
Con información de The Guardian y El País
