La Secretaría de Energía (Sener) planea revisar los permisos de importación de gasolina y diésel que fueron otorgados desde el pasado 1 de enero de 2016; además cancelará los que no hayan movido petrolíferos en los últimos 22 meses.
También, la dependencia plantea atar nuevos permisos a compromisos por 20 años y no por uno solo, como se otorgaban; y que los solicitantes demuestren que son dueños o forman parte de la infraestructura de centros de almacenamiento con base en volumen.
Con ello, obliga a los futuros importadores a desembolsar o a asociarse con inversionistas que planean construir sistemas de almacenamiento de petrolíferos.
De acuerdo con fuentes cercanas al sector, esta decisión de la secretaria encabezada por Rocío Nahle busca devolverla a Petróleos Mexicanos (Pemex) la preponderancia en las compras externas de combustibles automotores; porque, con la apertura a las importaciones, la iniciativa privada controla el 20 por ciento y un 36 por ciento de las compras de gasolina y diesel, respectivamente.
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Con ello, la paraestatal mexicana podría seguir siendo la principal distribuidora de combustibles en el país.
Cabe recordar que el presidente Andrés Manuel López Obrador apostó a destinar recursos para fortalecer a Pemex y así fuera su “palanca de desarrollo”.
Por ello, ha pedido a los organismos reguladoras de este sector alinearse a sus política energética y así darle preferencia a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por encima de las empresas privadas.
Sin embargo, empresarios han criticado este posicionamiento al argumentar que con ello México manda un mensaje negativo de que no habrá certeza jurídica para los convenios que se están haciendo, ni para futuros proyectos de importación y almacenamiento de gasolinas.
Con información de El Universal
MSA
