Hace 30 años un ejército inusual azotó al país, cientos de indígenas con el rostro cubierto bajaron de las montañas del sur del país y tomaron las principales cabeceras municipales de Chiapas para exigirle al gobierno un respeto por los los derechos que les habían estado quitando por años.
Fue el 1 de enero de 1994 cuando un gran grupo de indígenas tzotziles, tojolabales, tzeltzales, choles, mames y zoques exigieron al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari que los volteara a ver, porque estaban hartos de ser ignorados.
Mientras esto sucedía, el entonces presidente celebraba la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual permitió a México su entrada en la era neoliberal, sin embargo, en el sur del país una insurrección comenzaba a tomar relevancia.
Después de que este movimiento tomó relevancia en la prensa internacional gracias al subcomandante Marcos, su portavoz, el Ejército Mexicano decidió contraatacar al movimiento conocido como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Durante dos semanas, el sur del país vivió uno de los episodios más violentos de su historia, donde indígenas y militares se enfrentaron diariamente. El gobierno mexicano dijo en ese entonces que la cifra oficial de muertos había sido de más de 100, sin embargo, el EZLN aseguró que solo habían sido 46 zapatistas y 27 militares.
La importancia del movimiento fue tal, que por primera vez varios sectores de la sociedad se lanzaron contra el gobierno, demostrando su apoyo abierto al EZLN, grupo que también ganó fama internacional, pues miles de periodistas de todo el mundo voltearon a ver al estado más pobre de México.
Pese a que el gobierno trató de encasillar al EZLN como un grupo de rebeldes y violentos, fue el subcomandante Marcos quien logró voltear toda la atención al movimiento, convirtiéndose en uno de los personajes más hablados del país y del mundo, aún y cuando meses después el gobierno mexicano reveló la identidad del encapuchado.
Hoy, a 30 años de que el movimiento se viralizara en una época en que las redes sociales no existían, el EZLN sigue firme y en resistencia frente a un Estado que sigue ignorando las necesidades y derechos de los pueblos indígenas. No se sabe a ciencia cierta qué es lo siguiente para los zapatistas pero aseguran que no se irán ni desaparecerán.
PV
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Con información de El País, Infobae y Milenio.
