UACM; el fraude ideológico

En sus primeros 10 años, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México tituló a sólo 43 estudiantes.

En ese mismo periodo, la UACM recibió cuatro mil 620 millones de pesos. Es decir, que cada titulado costó al erario público 107 millones de pesos.

El costo por titulado –107 millones de pesos– es 53 veces lo que cuesta una carrera profesional en la universidad de George Washington. Acaso, una de las más caras del mundo.

Y para julio de este año, cuando la universidad llevaba operando 14 años, el número de titulados era de 819. Cada titulado costó 11 millones de pesos.

No hace falta ser un genio para saber que estamos frente a una gran tomada de pelo.

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Carlos Ornelas calificó este escenario como un diagnóstico devastador. Pero el experto fue más allá. Según Ornelas, en la UACM también existe un gran ausentismo de maestros y un elevado índice de deserción. Después de todo, son muchos los que entran a la universidad y no encuentran lo que buscan.

Para Ornelas es una pena que el proyecto fracasara. En realidad, recordó, se trató de una buena idea. Sin embargo, no es ningún secreto que la UACM nació con fallas. O si lo prefiere, que los errores de esta universidad son de diseño.

En primer lugar, continuó Carlos Ornelas, la asignación de plazas de profesores es un reparto de cuotas. En segundo lugar, en la UACM no enseñan los mejores sino los que mejor se llevan con su verdadero dueño: Obrador. Y para rematar, el mismo tabasqueño ya advirtió que pronto abriría otras ocho universidades en delegaciones y municipios que gobierna su partido: Morena.

Estos nuevos centros de estudio, amenazó el académico, seguramente serán un fracaso.

Y es que igual que la UACM, estas ocho universidades nacen con problemas. Todas ellas se crean con los mismos errores de fábrica con que surgió la Universidad de la Ciudad de México.

Por ello, a nadie debería sorprender que en unos años estemos hablando de la gran tomada de pelo que resultaron estas ocho universidades.

Pero todavía hay más, para Carlos Ornelas, la Secretaría de Educación Pública no tendría facultades para frenar esta tomada de pelo. En todo caso, lamentó el académico, se podría denunciar un fraude ante un Ministerio Público. Sin embargo, ya sería demasiado tarde.

En opinión de Carlos Ornelas, el problema de la UACM es el nivel de influencia y control que tienen los sindicatos y las agrupaciones políticas.

En conjunto, el pésimo diseño, la perversión política y la ambición sindical han convertido a esta universidad –y seguramente a las ocho que nacerán pronto–, en lo que el Doctor Ornelas bautizó como un fraude ideológico. ¿Y quién los para? La respuesta es nadie.