La candidatura del republicano Donald Trump ha estado llena de controversia, y es que su discurso de campaña comenzó siendo intolerante, sexista, racista y xenofóbico; sin embargo también ha terminado por convertirse en un mar de contradicciones.
Ejemplo de ello es el nuevo giro que el magnate dio al tema de los migrantes con residensia en Estados Unidos, pues ahora asegura que en pocos días entregará un plan para regularizar a los indocumentados, en una especie de propuesta de reforma migratoria donde podría dejar de lado su proyecto de alzar un muro en la frontera con México y deportar a 11 millones de personas.
Los cambios en el discurso de Trump pueden no venir directamente de él, sino de una estrategia de odio que poco a poco lo ha dejado sin gente, al interior y exterior de su campaña.
En tan sólo dos meses, el equipo del empresario ha cambiado en más de una ocasión, desfavoreciendo su postura e imagen frente a los votantes.
Cabe agregar que esta situación se presenta cuando, según estadísticas de televisoras americanas, los republicanos se encuentran 10 puntos abajo de los demócratas.
Además, no hay que olvidar que tras la salida del asesor de Trump, Paul Manafort, el millonario se declaró arrepentido de los comentarios hirientes que en múltiples ocasiones pronunció en lo que va de su carrera a la presidencia de Estados Unidos.
Trump está perdiendo a la gente, está perdiendo el apoyo de sus iguales, está perdiendo a sus asesores y equipo de trabajo, está perdiendo su discurso de campaña… Por lo que también podemos decir que perderá las elecciones.
