El danés Hans Christian Andersen escribió “La Niña de los Zapatitos Rojos”, la historia de una pequeña sin dinero que usó zapatos por primera vez hasta el día en que su madre muere y una anciana la toma a su cargo, dándole así educación, una vida cómoda y calzado.
El tiempo pasa hasta el día en que Karen debe hacer su primera comunión y su madre adoptiva la lleva a comprar ropa.
La pequeña se encapricha con un par de zapatos rojos que la anciana considera ofensivos para ir a la iglesia; sin embargo se los compra con la consigna de que no los lleve el día del evento, en el cual deberá usar otro par, uno más discreto y apropiado.
No obstante, la niña se empeña en usar sus hermosos zapatos rojos el día de la primera comunión, y se gana un castigo terrible que la hace aprender una dolorosa lección.
Resulta curioso, cómo hay relaciones de adopción que terminan de manera menos triste que la historia de Karen. Por ejemplo, el caso de la Sedena y los deportistas.
Y es que es bien sabido que la Secretaría de la Defensa Nacional desde hace años es trampolín para muchos atletas mexicanos que han competido en olimpiadas.
Tan sólo hay que recordar que de las 67 medallas que nuestro país tiene tras participaciones en juegos olímpicos, 15 fueron obtenidas por deportistas de la Sedena, y en la justa de este año, cuatro de cinco preseas pertenecen al integrantes del Ejército o la Marina.
Es así como parece que la Conade de Alfredo Castillo, a pesar de recibir bastantes recursos para el impulso de los deportistas, no hace lo suficiente para lograr el cometido.
Es así como la institución que debería ser madre y ejemplo en el ámbito deportivo queda en ridículo frente a una especie de madre adoptiva.
En el cuento de Hans Christian Andersen, La Niña de los Zapatitos Rojos, la madre adoptiva da todo por su pequeña hija… Sin embargo, ésta desobedece y al final se queda sin pies.
En la vida real, los deportistas apoyados por la Sedena dan todo de sí con tal de responder a su institución adoptiva y por eso hoy podemos contar 5 medallas obtenidas en Río 2016… ¿O no?
