¿Tronó el pacto Diódoro – Basave? ¿no habrá alianzas PAN-PRD?

Hace instantes –luego de una reunión con la dirigencia del PAN–, el todavía líder nacional del PRD, Agustín Basave, habría puesto su renuncia sobre la mesa. Según explicó el político, la falta de acuerdo con el panismo de Puebla y Veracruz –a propósito de las alianzas rumbo a la elección del próximo 5 de junio–, le habrían orillado a tomar esta decisión.

Anteriormente, el líder de los amarillos advirtió que si no existían condiciones para negociar las alianzas, dejaría el cargo.

Hoy, el perredista habría cumplido la amenaza.

Pero, ¿qué significa este movimiento de Agustín Basave?

Aquí creemos que el ahora perredista estaría jugando sus últimas cartas y lo haría en la frontera del chantaje. Sin embargo, aunque Agustín Basave estaría haciendo política, no sería extraño que le tomen la palabra. Es decir, que de un momento a otro el PRD podría anunciar que se quedó sin presidente nacional.

Pero más allá de los chantajes, las peleas y los desacuerdos entre perredistas, la salida de Agustín Basave tendría otra implicación: la ruptura de un acuerdo entre ex priistas.

Como sabe, el gobernador de Puebla –Rafael Moreno Valle–, ha jugado todas sus cartas para apropiarse de la candidatura presidencial del PAN.

Uno de sus operadores estrella en la campaña adelantada de Moreno Valle es el ex priista Diódoro Carrasco quien, junto con Agustín Basave, operaría las alianzas entre la derecha y la izquierda para frenar el avance del tricolor en estados como Oaxaca, Puebla, Veracruz y Zacatecas.

En otras palabras, dos ex priistas de vieja cuña –Carrasco Y Basave–, tratarían de cerrar el paso al “nuevo PRI” por la vía del PAN y del PRD.

No sobra recordar que Diódoro Carrasco fue secretario de Gobernación en los tiempos de Ernesto Zedillo y es un político hecho a imagen y semejanza del ex presidente.

De igual forma, Agustín Basave fue un reconocido salinista y, con los años, se sumó al equipo del fallido candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio.

En esa lógica, Agustín Basave y Diódoro Carrasco –dos priistas de reconocida trayectoria–, habrían pactado operar desde el PAN y el PRD una elaborada estrategia para cerrar el paso al tricolor. No obstante, la pugnas al interior del partido de izquierda estarían por frustrar el amarre de los ex priistas. En consecuencia, Basave echaría mano del chantaje en un intento desesperado por afianzar su estrategia.

Sin embargo, lo que Basave no termina de entender es que los perredistas podrían tomarle la palabras. O si lo prefiere, que un sector del perredismo echaría a Agustín Basave y frustraría el pacto anti-PRI.

 

Acaso lo más cuestionable es que de frustrar la presidencia de Agustín Basave, el perredismo ahondaría la crisis que vive. Un escenario que, por donde se vea, no conviene al partido emblema de izquierda.