Este 12 de julio, Andrés Manuel López Obrador publicó en su página de facebook el nuevo spot que su partido transmitirá en radio y televisión. El video –de 30 segundos– muestra al tabasqueño en una atmósfera casera. En el spot, López Obrador aparece rodeado por un librero, una guitarra y algunas pinturas.
Durante su nuevo comunicado, López Obrador afirma que “si antes todo iba mal, ahora todo ha empeorado”, y acusa al gobierno por el aumento en los precios de la luz y la gasolina. Sin embargo, la forma en que el aumento en el precio de los servicios afecta al tabasqueño y a su partido no está muy clara debido a la poca transparencia con la que ambos se manejan.
A diferencia de algunos anuncios en los que el presidente de Morena aparece ante las cámaras en lugares abiertos, los dos productos audiovisuales más recientes muestran a López Obrador en una locación interior elegante. Sin embargo, ni el partido ni su presidente han proporcionado información acerca de los costos que generó la grabación de su nueva publicidad.
En la página de internet de Morena sólo se puede encontrar dos contratos celebrados por el partido en 2014 –ambos con particulares– por concepto de renta de espacios para oficinas. No existe información referente a la renta de locaciones o la contratación de empresas productoras para grabación del nuevo spot.
Por eso, la pregunta obligada sería, ¿quién pompó –y cuánto costó– el nuevo spot de López Obrador?
Por otro lado, el periódico La Razón publicó que el dirigente de Morena en la Ciudad de México, Martí Batres, ha celebrado contratos con 212 personas físicas en lo que va del año. De acuerdo con dicha publicación, 7.1 millones de pesos habrían sido pagados a sólo tres de esos particulares. Se trata de Lyssette Jiménez Medina, Alicia Carrión Guerra y Ricardo Díaz García. Si bien el partido menciona que los contratos con los particulares son bajo el concepto de “prestación de servicios”, no detalla la naturaleza de tales servicios.
¿En qué consistirán los costosos servicios de estos tres individuos? ¿por qué no lo aclaran?
De igual forma, López Obrador no ha sido transparente en el manejo de sus finanzas. La última vez que hizo pública su situación patrimonial fue en 2012. En aquél entonces, declaró tener sólo una propiedad -el rancho “La Chingada”- un ingreso de 50 mil pesos mensuales y no contar con tarjetas de crédito. Sin embargo, distintos medios -Excélsior y El financiero, entre otros– achacan al presidente de Morena la propiedad de al menos otro rancho y parte de un fraccionamiento en Tabasco, así como un inmueble en el Desarrollo Residencial La Toscana, en Las Lomas. ¿Será que el “pueblo bueno” no merece saber cuántas propiedades tiene el señor López?
¿Será que la renovación de México no va de la mano con la transparencia y la rendición de cuentas?
