El motín de Topo Chico –en donde murieron 49 personas– dejó al descubierto un sistema penitenciario ineficiente y corrupto. Además salieron a la luz distintas irregularidades que por fuerza todos debían conocer, incluídas las autoridades estatales, ¿o apoco van a decir que no tenían idea de lo que ocurría al interior del penal?
Para empezar, el cártel de Los Zetas gobernaba al interior de la cárcel. ¿Apoco nadie sabía?
¿Y qué hay de la sobrepoblación? En el penal había más cuatro mil reclusos, cuando éste tiene capacidad para tres mil 635. ¿Nadie sabía?
Además, había cerca de 100 custodios por turno, es decir que a cada uno le correspondían en promedio 45 reos, lo que por evidentes razones propiciaba el autogobierno. ¿Apoco nadie sabía?
¿Y del hacinamiento nadie hablabla?
¿Nadie sabía de las celdas de lujo de El Credo, El Z-27 y otros reos?
¿Nadie sabía que El Credo tenía en su celda una cama king size, una pantalla de 50 pulgadas y otras comodidades?
De los altares de la santa Muerte, ¿tampoco estaban enterados?
Además se descubrieron otras celdas equipadas con salas, minisplits, frigobares, acuarios y baños privados; ¿esperan que creamos que todo esto pasó desapercibido? ¿Nadie sabía?
A su vez, en otros espacios apenas cabía una litera en la que dormían hasta diez personas, ¿nadie sabía?
De las mujeres que –según medios locales– visitaban cada noche a los presos VIP, ¿nadie sabía?
¿Tampoco sabían que cuando una de las esposas, hermanas, hijas o parientes de internos les gustaban a los presos poderosos, éstos podían pedirlas?
En el interior de Topo Chico también había un sauna, un bar, un tianguis con 280 puestos donde se vendían alimentos, abarrotes y droga, ¿nadie sabía?
Después de la matanza, varios presos –y sus familiares– dieron a conocer que para evitar golpizas, torturas o incluso la muerte en la cárcel tenían que pagar cuotas semanales que iban desde los mil 500 pesos hasta los 50 mil mensuales, ¿nadie sabía?
Gracias a las extorsiones y la venta ilegal de diversos productos, el cártel de Los Zetas amasó una fortuna mensual de casi 15 millones de pesos, de los cuales cerca de cinco millones eran destinados para el financiamiento de las actividades del grupo delincuencial al exterior del penal; ¿en serio, nadie sabía nada?
