En este momento, todos los partidos –de todos los colores– buscan aliarse con semejantes y distantes para asegurar triunfos en la elección del próximo cinco de junio.
Sin duda, la alianza que más ha llamado la atención es la que encabezan el PRD y el PAN. Y es que, en teoría, se trata de un acercamiento entre la izquierda y la derecha.
Sin embargo, en entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Gustavo López Montiel –académico del Tec de Monterrey–, explicó que en México no tenemos un espectro político que pueda fraccionarse en izquierdas, centro y derecha.
Para el académico, la clase política nacional no respeta los esquemas que distinguen a un sistema de partidos en donde la derecha busca, por ejemplo, incrementar los impuestos y la izquierda defiende causas como el aborto o el matrimonio igualitario.
En realidad, explicó López Montiel, en México se privilegian los intereses, los proyectos políticos y las alianzas por conveniencia.
Prueba de lo anterior es que las alianzas electorales no se traducen en alianzas de gobierno.
Cierto, por ley, en el país no es posible crear un gobierno de coalición. No obstante, tampoco es común que los pactos electorales se traduzcan en acuerdos de gobierno o en agendas comunes a la hora de administrar el poder.
En pocas palabras, la falta de solidez ideológica de los partidos mexicanos condena a las alianzas entre partidos a ser pactos electoreros que, una vez ganada la elección, se disuelven en el aire. O si lo prefiere, son pactos oportunistas; nada más.
