Morelos, cuatro gobiernos, tres partidos y el narco sigue

Como seguramente sabe, el asesinato de Gisela Mota, alcaldesa de Temixco, en Morelos, arreció un enfrentamiento entre el gobierno estatal —en manos del perredista Graco Ramírez—,  y el alcalde de Cuernavaca, el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco.

Por un lado, el alcalde Blanco se niega a que en Cuernavaca opere el Mando Único policíaco. Por el otro lado, el gobernador Ramírez ordenó, por decreto, que la estrategia funcione en la capital del estado y la zona conurbada.

Evidentemente, estamos ante un pleito político.

Graco Ramírez pretende imponer su voluntad y Cuauhtémoc Blanco se mantiene fiel a los berrinches que hacía en la cancha de futbol.

Sin embargo, más allá de los caprichos de un par de políticos, lo cierto es que el problema de seguridad en Morelos es histórico.

De hecho, la violencia y la inseguridad han ganado la batalla al priista Jorge Carrillo Olea, a los panistas Sergio Estrada Cagigal y Marco Antonio Adame; y ahora del perredista Graco Ramírez.

Es decir, que Morelos ha visto cuatro gobiernos de tres partidos y ninguno ha logrado frenar al narco.

Por eso, lo más cuestionable del pleito entre Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco es que mientras ellos manotean e intentan jalar agua a su molino, la inseguridad, la violencia y el crimen organizado siguen ganando terreno en la entidad. ¿Y a esos quién los para?