El escándalo protagonizado por la ministra Yasmín Esquivel, que se confirmó que plagió su tesis de licenciatura de Derecho, es muy grave, no sólo porque puso en duda la credibilidad de las instituciones involucradas, como lo son la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sino que ahora, el silencio que ha mantenido la Suprema Corte De Justicia de la Nación (SCJN) en este caso pone en muy serios aprietos su cuestionada reputación, mina su autonomía moral, limita su capacidad de preservar el equilibrio entre poderes y de corregir los vicios del sistema de justicia mexicano.
Así lo señaló Lucía Melgar, licenciada en ciencias sociales, quien apuntó que la presencia de Esquivel Mossa en el Máximo Tribunal es la “punta del iceberg” de un poder judicial carente de ética para el cual la palabra justicia no parece ni ser “primera virtud de las instituciones”.
“Si ya el estado de la justicia en México era lamentable y no siempre los ministros y ministras habían votado con apego a un ideal de justicia (como en el caso de Lydia Cacho), la mancha que supone que una de sus integrantes plagie y recurra a falsedades para defenderse choca con las expectativas y urgencias de una sociedad que una y otra vez ha demandado que las leyes no queden en letra muerta”, aseguró.
Y agregó: “Hacer justicia es castigar, reparar y también prevenir. Sin ética y sin principios de justicia el poder judicial acabará siendo sólo una máquina de impunidad y violencia”.
A continuación puede consultar el texto completo
Para no perder ningún detalle de este escándalo de esta ministra cercana a la 4T, y cuyo esposo es José María Riobóo, el contratista favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador, puede consultar la columna de Benito Nacif, profesor de la División de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en donde hace una crónica de cómo surgió este caso, de cómo está lacaya de la 4T ha tratado de deslindarse y cómo las autoridades e instituciones han sido incapaces de solucionarlo.
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Con información de El Economista
MSA
