Ya costó más que Trump

A mediados de 2014, China dejó de crecer al ritmo que había acostumbrado y se inició un proceso de ajuste en la economía mundial. El dólar empezó a fortalecerse conforme los precios de las materias primas se venían abajo. Del 1 de julio de 2014 a la misma fecha de 2015, el dólar se fortaleció 14% frente al resto de las monedas. El peso mexicano resintió un poco más que otras este ajuste y perdió 22% de su valor. Es decir, 1.6 veces el promedio.

Sin embargo, en junio de 2015 se lanzó como candidato presidencial Donald J. Trump, con un discurso que se centró en el Muro. Desde entonces prácticamente en todos sus eventos el canto “Build that Wall” se utilizó para arengar a la multitud. El costo de ese ataque en nuestra moneda es conocido por todos. De hecho, el peor día del peso mexicano fue el previo a la toma de posesión de Donald Trump, cuando cerró a 21.89 por dólar. El impacto se moderó en los siguientes días, pero cada exabrupto del energúmeno en contra de México golpeaba nuestra moneda. Ya con el nuevo acuerdo comercial aceptado por todos, el efecto fue todavía menor. Del 1 de julio de 2015 al 30 de septiembre de 2018, mientras el dólar se fortaleció 8.6%, el peso perdió 18.6%. Esto es, 2.2 veces.

Si estimamos el comportamiento del peso relativo al índice global del dólar, para el cierre de septiembre pasado nuestra moneda debía cotizarse en 17.70, pero estaba en 18.70. Es decir que Donald Trump nos costaba un peso más en cada dólar.

Pero en octubre lo que ha ocurrido es diferente. Durante todo el mes, Trump no ha tenido ataques importantes contra México. Si acaso los comentarios acerca de la caravana migrante, que no son del tipo de los que afectan mercados. Por lo mismo, todo el movimiento del peso en el mes que acaba de terminar debe considerarse como resultado de nuestras propias decisiones, o más claramente, de las que ha tomado el Presidente electo. Sus declaraciones acerca de Pemex provocaron un ajuste de 40 centavos (de 18.80 a 19.20), ya que las calificadoras pusieron en perspectiva negativa a la petrolera.

La cancelación del aeropuerto, sin embargo, ha tenido un efecto adicional. Al cierre de ayer, un dólar costaba 20.34, que es 1.54 pesos más de lo que estaba antes de opinar de Pemex. En un mes, mientras el índice global del dólar se ajustaba 2.3%, el peso lo hacía en 9%: 3.6 veces. De hecho, con base en ese índice, el peso debería haber cerrado ayer en 18.22. Puesto que Trump nos costaba un peso, todo lo que paguemos por encima de eso nos lo cuesta López Obrador. En sólo un mes, ha logrado costarle más a la economía mexicana que el energúmeno naranja. No es poca cosa.

Sus defensores, que son muchos y escandalosos, acuden a todo tipo de argumentos para minimizar esta circunstancia: el mayor costo de López Obrador que de Trump. Unos creen que el dólar bajará de precio pronto, por ejemplo. Otros, que no importa lo que cueste, lo que importa es que AMLO se ha impuesto sobre empresarios, financieros y calificadoras. No podemos saber cómo se comportará el tipo de cambio, pero el daño a la confianza en el gobierno mexicano puede ser realmente serio. Ya lo veremos.

Lo otro, que el dinero no importa, que la autoridad es lo que debe prevalecer, es una creencia muy arraigada en los seres humanos, propia de la culturas gregarias, de las visiones religiosas. No debe extrañarnos, pues, pero tampoco es un argumento.