Y la globalización sigue viva

Ayer se realizó en Nueva York uno de los encuentros de jefes de Estado más grandes, fuera de las reuniones oficiales.

Mike Bloomberg, a través de Bloomberg Philanthropies, reunió a varias decenas de presidentes y primeros ministros, y más de 200 CEOs de las empresas más grandes de Estados Unidos y Europa.

Por los pasillos del Hotel Plaza de Nueva York se podía ver pasar al presidente Emmanuel Macron; al secretario general de la ONU; a Christine Lagarde, directora gerente del FMI; al presidente Pedro Sánchez, de España; o a Duque de Colombia, o Peña Nieto de México, sólo por citar algunos casos.

Pero, desde luego, no estuvieron ni Donald Trump ni Valdimir Putin.

La razón de fondo es que en realidad se trató de un encuentro para revindicar que el espíritu de la globalización sigue vivo.

El hecho es tan relevante para Bloomberg que, en entrevista con El Financiero, señala que, dependiendo del resultado de las elecciones de noviembre, consideraría la posibilidad de postular su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos.

Los argumentos esgrimidos por líderes que se hicieron presentes en este Foro no omiten los costos e inequidades de la globalización y el libre comercio, cuyos beneficios no se han extendido uniformemente ni entre los países ni entre grupos sociales. Sin embargo, rechazan las actitudes proteccionistas y restrictivas que encarnan Trump y el Brexit.

Justo en este contexto, hay que ponderar los resultados de la negociación de México con EU, que logró un entendimiento entre los dos países.

En esta reunión de Nueva York, la mayor parte de las opiniones, tanto de negociadores mexicanos presentes como de observadores de otros países, señalan que lo más probable es que se sume Canadá a pesar de que el texto que el Representante Comercial de Estados Unidos envíe el próximo domingo al Congreso no incluya los tópicos que se negocian aún con Canadá.

Se percibe que, de la misma manera que ocurrió con el TPP, tratado al que Canadá fue la última nación en sumarse, también lo será en el caso del TLCAN.

Y en el extremo, en un mundo de tendencias proteccionistas México tendrá quizás la mejor posición con EU, al garantizar eventualmente el libre acceso al mercado más grande del mundo, por encima de las tendencias proteccionistas que día con día se hacen manifiestas.

La crisis de la globalización, sin embargo, no parece ser un fenómeno pasajero sino algo que probablemente tarde varios años en procesarse y eventualmente en revertirse.

Se requiere que entre los electorados y ciudadanos en general, la globalización y el libre comercio recuperen la credibilidad y el prestigio.

No serán sólo los argumentos esgrimidos por políticos y empresarios los que permitan defender estas tendencias. Se va a requerir de resultados. O bien de que medidas como las emprendidas por Trump le cuesten al electorado y que éste perciba que el rechazo manifestado a las políticas dominantes por décadas puede resultar más caro que los efectos negativos que produjeron.

Como aquí hemos expresado, en realidad se requiere renovar el paradigma, es decir, darle flexibilidad y pragmatismo a las visiones liberales.

Quizás en algún momento Mike Bloomberg pueda convertirse en ese adalid que se está buscando en todo el mundo, para volver a enarbolar banderas que hoy no viven sus mejores momentos.