Este miércoles, la PGR difundió un video en el que se observa al aspirante presidencial de Por México al Frente, Ricardo Anaya, al momento en que ingresa a las instalaciones alternas de la Procuraduría.

En la grabación, el Joven Maravilla, acompañado de Diego Fernández de Cevallos, Santiago Creel, Dante Delgado y Damián Zepeda, supuestamente insulta al jefe de la Unidad Antilavado de la SEIDO.

Las críticas por parte de los “protectores” de Anaya no se hicieron esperar, pues argumentaron que el PRI hace uso de las instituciones para denostar al candidato panista. Se trata de “una guerra sucia”, según han señalado los frentistas.

¿Guerra sucia?

En realidad, lo que hizo la Procuraduría General de la República fue defender su postura y actuar con de transparencia respecto a los sucesos del pasado domingo, cuando Anaya se negó a rendir declaración respecto al presunto lavado de dinero en que se le implica.

Cabe recordar que Anaya acudió a las instalaciones de la dependencia a presentar un escrito sobre el caso. El titular de la Unidad Antilavado de Dinero, Mauro Rodríguez hizo una invitación al panista a rendir una declaración si así lo deseaba. En el video, cual “San Pedro”, Anaya rechazó en tres ocasiones abundar en el tema.

Posteriormente, salió a la luz pública la negativa del aspirante presidencial en torno a rendir su declaración. Sus defensores y el propio Ricardo Anaya advirtieron que las autoridades de la PGR no le invitaron a declarar respecto al tema.

Cabe mencionar que, el video no fue filtrado a ningún medio de comunicación, el material fue publicado en las cuentas oficiales de la Procuraduría, con un comunicado de por medio y con el objeto de acreditar que el panista fue invitado a rendir su declaración de manera oral.

De acuerdo con el vocero de la PGR, Rafael Lugo Sánchez, la dependencia está ajena a otras situaciones “como puede ser el proceso electoral; esta divulgación tiene el objetivo de que la gente lo vea con sus propios ojos“.

Y la PGR cumplió su objetivo, pues el video deja en claro que Anaya se niega a declarar.

Es innegable la intencionalidad política del caso en el contexto de las campañas. La publicación del video es un hecho inédito, sí. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Pero Anaya mintió y difamó a la Procuraduría. En consecuencia, la institución defendió su versión, y lo hizo exitosamente; con transparencia, bajo completa legalidad, evidenciando las mentiras del candidato presidencial panista.