El estado de Chiapas se ha vuelto uno de los grandes refugios para hondureños, salvadoreños y guatemaltecos que cruzan a México con la esperanza de un mejor futuro para sus familias. Sin embargo, la realidad no es como el presidente Andrés Manuel López Obrador y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pintaron hace unas semanas cuando se pronunciaron a favor de los “hermanos centroamericanos”.
Y es que varias familias, incluyendo a los pequeños, sufrieron los estragos de la falta de planeación de una estrategia migrante por parte del Gobierno mexicano pues fueron detenidos con lujo de violencia por parte de los agentes migratorios.
¿Será esta otra promesa incumplida por parte del titular del Ejecutivo? ¿Dónde quedaron las visas de trabajo que tanto prometieron?