Los candidatos presidenciales, a excepción de Andrés Manuel López Obrador, se comprometieron este martes con más de 300 organizaciones a cumplir con el Pacto por la Primera Infancia.
La ausencia del tres veces aspirante a la Presidencia de la República causó revuelo y malestar en los presentes, reunidos en el Museo del Papalote en la Ciudad de México.
Los representantes de la iniciativa ciudadana de abogacía e impacto colectivo, cuyo objetivo es hacer de la primera infancia una prioridad sobre el ejercicio de los derechos de los niños, lamentaron la ausencia del tabasqueño, a quien presentaron en el lugar y evidenciaron su lugar vacío.
Tras su “presentación”, los presentes comenzaron la rechifla en contra del dueño de Morena, quien parece va de nueva cuenta con rumbo a la curva de autodestrucción y soberbia, que lo caracterizan y que le ha costado la Presidencia.
Tal y como en 2006, cuando Andrés Manuel no acudió al primer debate entre candidatos organizado por el IFE. Ello le costó simpatizantes e inició un descenso en la preferencia electoral y terminó siendo la elección presidencial más cerrada de la historia, siendo el triunfador el expresidente Felipe Calderón.
Hace seis años, la situación no cambió mucho para el oriundo de Macuspana, pues ante sus arranques y amenazas, ante el gran favorito de las encuestas —Enrique Peña Nieto–, hundió más sus aspiraciones de llegar a la silla presidencial y fue derrotado una vez más.
Hoy, parece que el tabasqueño ha tenido gran asesoría y se ha tomado su Amlodipino. Sin embargo, hay que ser claros en que no ha estado cara a cara con los demás contendientes a la Presidencia y poco a poco se ve al “viejo López Obrador”.
Veremos cómo se comporta en el debate presidencial del próximo domingo 22 de abril y qué resulta de ello en las preferencias del electorado. Pues un dicho para Andrés Manuel, nuestro eterno candidato es que “del plato a la boca se cae la sopa”.
