El presidente Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que él no tiene ninguna injerencia en la Fiscalía General de la República (FGR), al argumentar que es “autónoma” y que es “ajeno” a las decisiones que tome el fiscal Alejandro Gertz Manero.
Sin embargo, conflictos de interés, asuntos personales, actuaciones con doble rasero y una gran cercanía con el mandatario tabasqueño han marcado la gestión de Manero al frente de la fiscalía.
Caso Emilio Lozoya
Un ejemplo, es lo ocurrido con el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, quien en un principio se la FGR le ofreció algunas ventajas, como no enviarlo a prisión, a cambio de proporcionar información sobre el caso Odebrecht, así como incriminar a los opositores de López Obrador.
Sin embargo, luego de ser exhibido comiendo en un restaurante exclusivo en la Ciudad de México, la FGR solicitó el pasado 4 de noviembre prisión contra Lozoya Austin, tras las críticas que señalaban sobre el pacto de impunidad entre Lozoya y AMLO.
Ricardo Alvarado, investigador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), calificó como positivo que el proceso penal contra Lozoya sea retomado, aunque apuntó que es innegable que se trata de un asunto mediático para evitar un mayor desgaste de la Fiscalía.
Caso Rosario Robles
Por otro lado, el fiscal Gertz Manero justificó que el trato diferencial entre Lozoya y Rosario Robles, extitular de la Sedesol, radicaba en que el extitular de la paraestatal decidió “colaborar” con la Justicia como testigo protegido, mientras que la exfuncionaria pública se negó a inculpar a sus compañeros.
Sin embargo, para el jurista Javier Martín, la mano dura del fiscal contra Robles se explica porque López Obrador “tiene una diferencia política muy añeja con Rosario Robles porque fueron rivales” a principios de los 2000.
“Es una represalia política de una Fiscalía supuestamente autónoma que parece más preocupada por quedar bien y agradar al presidente”, dijo.
Caso Canacyt
Otras decisiones cuestionables de Gertz Manero al frente de la FGR ha sido la persecución en contra de 31 científicos y funcionarios del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Con ello, se ha señalado que el fiscal usa su cargo para resolver rencillas personales.
“Es un fiscal utilizando la Procuraduría con fines personales en contra de los que considera sus enemigos”, criticó el jurista.
Cabe recordar que en septiembre pasado, Alejandro Gertz Manero intentó meter a prisión a estos científicos, a quienes acusó de delincuencia organizada y lavado de dinero.
Sin embargo, un juez negó girar órdenes de aprehensión contra los académicos debido que los elementos presentados por la FGR eran insuficientes para vincular a lso académicos con los delitos.
Esta persecución de Gertz Manero inició cuando el Conacyt le había negado durante varios años ingresar en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) por su insuficiente producción científica.
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Y en un campo todavía más personal, el fiscal mantiene una batalla judicial contra su familia política, a la que acusa de haber descuidado la salud de su hermano Federico, que murió en 2015.
Una juez invalidó en septiembre la orden de detención contra la pareja de su hermano, Laura Morán, de 94 años, en otro revés para el fiscal.
“Hay medidas desproporcionadas y no está claro el beneficio que tienen para la sociedad pero sí el beneficio personal para el fiscal. Tiene cara de venganza”, zanjó Alvarado.
Qué podíamos esperar si Gertz Menro tiene el mismo espíritu vengativo del dictador de Palacio Nacional que usa todos los instrumentos del Estado para perseguir, acosar, amedrentar, censurar y atacar a todo aquel que piense diferente a él y no se alinea a su movimiento corrupto llamado 4T.
Con información de Latinus y El Universal
MSA
