¡“VACU-NADA”: OTRO CRIMEN DE ESTADO!

¡AVAL OFICIAL A LOS “NARCO-GOBIERNOS”!

El escándalo no es para menos.

Y es que no se trata de un caso aislado.

Tampoco son dos y menos tres.

Son muchos ejemplos, la mayoría documentados en video, en donde manos criminales simulan aplicar la vacuna contra la pandemia y, en realidad, solo pinchan al paciente.

Pero el crimen es mayor cuando la respuesta presidencial resulta, de nueva cuenta, producto de la simulación, la indiferencia y la clásica hipocresía de quien al ser pillado en un crimen de Estado –como el de la “vacu-nada” –, simula el grito de alerta del viejo cuento: “¡al ladrón al ladrón!”.

Pero no termina ahí.

Nadie en Morena, en sus gobernantes y entre sus “Goebbels aztecas” se pone de acuerdo sobre el origen del más reciente crimen de Estado; el de no aplicar la vacuna de Covid-19 a decenas, cientos, miles o millones de adultos mayores, defraudados por los gobiernos de Morena. 

¿Y por qué no se ponen de acuerdo?

Elemental, porque sólo desde lo más alto del poder se pudo haber ordenado tal nivel de irresponsabilidad.

Por ejemplo, el “mandamás”, López Obrador, sospecha de “un montaje”, producto de la inagotable imaginación de sus malquerientes. mientras la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, cree en el “error humano”.

Pero en el extremo de la estulticia, el locuaz Epigmenio Ibarra dice que las “vacunas sin vacuna” son producto de “la derecha”, sino es que, de la mano malévola de la CIA, del perverso gobierno de Biden.

¿Quién tiene la razón; López Obrador, la jefa de gobierno de CDMX o el locuaz Epigmenio Ibarra?

Posiblemente los tres tienen algo o mucho de razón. ¿Por qué?

1.- Porque nadie sabe hasta dónde llegan el daño y el escándalo. Nadie sabe cuántos adultos mayores han sido defraudados; hasta dónde llega el fraude y nadie reconoce la paternidad del monstruoso crimen de Estado.

2.- Y nadie sabe porque nadie quiere investigar y menos saber la verdad; una verdad que puede llevar hasta lo más alto del poder presidencial.

3.- ¿Por qué en lugar de especular, no inician una investigación a fondo los gobiernos que tienen como principal obligación llegar a la verdad de todo aquello que lesiona el interés ciudadano?

Si realizan una indagatoria a fondo, se sabría si fue un montaje, si fue un error humano o si fue la horrible CIA, como especula el locuaz Epigmenio, como si la realidad fuera una de sus telenovelas “churros”. 

4.- Y es que si bien es cierto que nadie puede negar que los errores humanos existen y menos cuando se trata de “horrores” que reportan ganancias de miles o cientos de miles de pesos.

¿Y por qué cientos de miles de pesos?

Elemental, porque nadie puede negar que una crisis como la del Coronavirus estimuló uno de los negocios más criminales en tiempos de pandemia o de guerra: el mercado negro de medicamentos y de vacunas.

5.- ¿Saben en cuanto se cotizan las vacunas para la pandemia, en el mercado negro?

6.- Sí. porque lo primero que debemos reconocer es que, así como existe un mercado negro de medicinas para el cáncer, como existe mercado negro de oxigeno, de medicamentos para atender el covid-19 y mercado negro de “ventiladores” y “concentradores de oxigeno”, hoy existe un rentable mercado negro de vacunas.

7.- Sí, un par de dosis de vacunas se cotiza, en promedio, en 50 mil pesos en el mercado negro. Y dicen los comerciantes del biológico que a los deshonestos médicos, enfermeras y trabajadores de la salud –que los hay muchos, igual que existen muchos con una honestidad a toda prueba–, les pagan 10 mil pesos por cada par de dosis que entregan a los intermediarios.

8.- Pero el problema no es la existencia del mercado negro de vacunas Covid-19. No, el problema es que en el camino de ese mercado negro se reparten tajadas a distintos niveles del sector salud y del gobierno federal.

9.- Sí, el nuevo negocio del crimen, de las vacunas contra la pandemia, es un negocio que salpica a muchos, en un gobierno lleno de corruptos.

10.- Pero regresamos a la pregunta inicial. ¿Cuántos mexicanos habrán sido defraudados; cuántos morirán creyendo que ya fueron vacunados; quién será capaz de iniciar una verdadera investigación sobre ese fraude y su consecuente crimen de Estado?

Y claro, sobre la estupidez de que la vacuna sin vacuna pudo haber sido producto de “la derecha” y de la malévola CIA, no hay más que decir, además de que Epigmenio Ibarra, igual que su patrón, ya perdieron la razón.

Por cierto, ¿recuerdan la tragedia de la Guardería ABC? ¿recuerdan que la jauría lopista culpó a Calderón?

Con el mismo rasero, la culpa de las vacunas sin vacuna es de AMLO. ¿O no?

Al tiempo.