Lo que le faltaba al PRI: su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, está convertido en una versión caricaturizada de Roberto Madrazo, quien en el 2005 también utilizó su cargo para agandallarse la candidatura presidencial.
Decía Carlos Marx –palabras más, palabras menos– que cuando la historia se repite, la primera vez ocurre como tragedia y la segunda como comedia. Es el caso de Madrazo y “Alito”.
En el 2005, Madrazo también aprovechó una Asamblea Nacional de su partido para destaparse como candidato a la Presidencia de la República en las elecciones que tuvieron lugar un año después.
Entonces el PRI todavía era un partido fuerte. A pesar de haber perdido la Presidencia en el 2000, tenía 25 de 32 gubernaturas y conservaba la mayoría relativa tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.
En cambio, “Alito” es el dirigente de un mini partido que este año perdió las elecciones en todos los estados que gobernaba y que estuvieron en disputa. Actualmente solo tiene cuatro gobernadores y es tercera fuerza política en las dos cámaras del Congreso.
En el 2005, Madrazo podía presumir de haber mantenido al PRI en su estado de origen, Tabasco, mientras que ahora, “Alito” no fue capaz de retener Campeche, entidad que recientemente gobernó.
En el 2005 el PRI era un partido aún muy fuerte, pero empezó su declive precisamente a raíz del agandalle de Madrazo con la candidatura presidencial, pues a la hora de las definiciones, los gobernadores, factores reales de poder, prefirieron apoyar al panista Felipe Calderón.
Ese agandalle de Madrazo de hace 16 años tuvo aspectos caricaturescos. Su principal contrincante en la contienda interna era el ex gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, quien fue bajado abruptamente de la competencia mediante una filtración a Televisa sobre sus propiedades.
Al aplastar de este modo a Montiel, a Madrazo solo le quedó un contrincante: Everardo Moreno, un abogado que aunque había sido subprocurador de Averiguaciones Previas de la PGR, era un ilustre desconocido en el PRI y en el mundo político.
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Madrazo hizo hasta lo imposible por sacudirse a Everardo, de tal forma que se cancelara el proceso interno y el tabasqueño fuera ungido como candidato presidencial de unidad. Incluso le ofreció una fuerte cantidad de dinero a cambio de que declinara a sus aspiraciones.
Pero el abogado resistió todas las presiones y se mantuvo como aspirante, lo que obligó al PRI a realizar su consulta abierta a toda la población para que se definiera por el voto directo quién sería el candidato, si Madrazo o Everardo, algo bastante patético.
Ya en las elecciones constitucionales, Madrazo realizó una campaña muy desangelada, reflejo del desaliento de la militancia del PRI, y terminó en el tercer lugar, muy por debajo de Felipe Calderón y de Andrés Manuel López Obrador.
Pues ahora, el destape de Alejandro Moreno Cárdenas durante la XXIII Asamblea Nacional del PRI realizada el pasado sábado, pinta para terminar de una manera todavía más patética.
Lo poco queda del PRI se hará polvo si “Alito” persiste en su agandalle y no permite que haya un proceso interno transparente en el que se pueda medir con otros jugadores. El otrora partidazo se consolidará como parte de la “chiquillada”, por mucho que digan que le dieron una patada al neoliberalismo.
OFF THE RECORD
**RASPA EL “QUÉDATE EN MÉXICO”
El programa “Quédate en México” no deja de generar polémica, por el hecho de que el gobierno de López Obrador se prestó a que nuestro territorio se utilizara como el patio trasero de Estados Unidos.
Ahora fue el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, quien señaló el hecho de que el canciller Marcelo Ebrard, no ha explicado suficientemente los alcances y pormenores de este ignominioso programa.
**ALMA DE CENSOR
El presidente López Obrador se lanzó nuevamente en contra de los videojuegos y ahora también de algunos contenidos que se transmiten por streaming, como la serie ‘El Juego del Calamar’.
Difícilmente el presidente podrá hacer algo para impedir la difusión de unos y otras.
Pero no deja de preocupar el alma de censor que el presidente lleva adentro.
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