La compra consolidada de medicamento a través de un organismo internacional para abaratar precios, transparentar procesos y sobre todo superar el problema de desabasto, es otro de los fracasos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El próximo 30 de julio se cumplirá un año de que el gobierno federal firmó con la UNOPS un convenio para que este organismo de la ONU sea el encargado de gestionar la compra consolidada de medicamento.
A un año de distancia, el fracaso es contundente. La UNOPS solo logró adquirir el 45 por ciento de lo que se requería para el próximo año, lo que significa que durante el 2022 sufriremos un desabasto del 55 por ciento en medicamentos.
De las mil 138 claves (sustancias activas independientemente del nombre comercial) que el organismo pretendía comprar solo obtuvo 530 en 644 millones de piezas, lo que resultará insuficiente para la demanda de medicamento que tiene nuestro país.
Durante la mañanera previa a la firma del convenio correspondiente, López Obrador afirmó que en las licitaciones para compra de medicamento había “una “competencia fingida, pactada, ahora queremos que sea una competencia real”.
Agregó que siempre ganaban las licitaciones las mismas empresas, en especial tres de ellas, que se llevaban casi el 70 por ciento de las compras, “un monopolio”. Y dijo que eso, y el desabasto, se iban a terminar.
Pero un año después, vemos que no fue así. El presidente rompió la cadena de distribución y de producción de medicamento que funcionaba bien en el país y optó por dejar todo ese proceso en manos de un organismo internacional que no dio resultados.
La UNOPS es un organismo con mucho prestigio que tiene presencia en más de 80 países, 23 de ellos de América Latina. Se dedica a gestionar proyectos sociales, a combatir la corrupción y a transparentar adquisiciones, pero no tiene experiencia en abasto de medicamento.
Además, el presidente López Obrador decidió que aunque el medicamento adquirido sea para IMSS, ISSSTE, Ssa y áreas de salud de los estados, la UNOPS se coordinara exclusivamente con el Insabi, ese elefante blanco que sustituyó al Seguro Popular y que no ha sido capaz de brindar salud a la población.
Como consecuencia de este nuevo fracaso, persistirá el desabasto de medicamento en general en el país en lo que queda de este año y durante el 2022, en especial el destinado a atender a los niños con cáncer, un sector de los más castigados por la ineficiencia del gobierno de la “4-T”.
