Lo peor del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador no es lo que ha hecho o dejado de hacer hasta el momento, sino lo que está por venir.
En los tres años que han transcurrido del sexenio, López Obrador se ha dedicado a destruir obras, programas y esquemas heredados de administraciones anteriores, sin ofrecer alternativas viables y funcionales para sustituirlos.
La lista de lo destruido es extensa, pero entre los ejemplos más representativos están el proyecto de nuevo Aeropuerto en Texcoco, el programa de estancias infantiles, el Seguro Popular, el esquema de compra y distribución de medicamento y 109 fideicomisos de diversas materias.
Pero de manera paralela, López Obrador se ha dedicado estos tres años a torpedear la vida institucional que costó tantos años construir y que nos hace un país democrático.
El caso más grave es el acuerdo publicado el lunes de la semana pasada en el Diario Oficial de la Federación –conocido como el “Decretazo”— mediante el cual las autoridades se podrán pasar por el arco del triunfo toda la normatividad y los derechos humanos de la ciudadanía para construir las obras faraónicas del presidente.
Con base en el “Decretazo”, por el que prácticamente todas las obras del gobierno federal serán consideradas de interés público y de seguridad nacional, López Obrador podrá ocultar toda la información sobre contratos, montos erogados, constructoras, etcétera.
Además, las obras podrán realizarse sin pasar por todos los permisos y licencias establecidas en la legislación, sean federales, estatales o municipales, aunque atenten contra el medio ambiente, alteren zonas arqueológicas o tengan un alto impacto urbano.
Si la construcción de las obras, como el Tren Maya, el Aeropuerto de Santa Lucía o la refinería de Dos bocas violan los derechos humanos de particulares o de colectivos, los afectados no podrán solicitar el amparo del Poder Judicial, porque el “Decretazo” lo impide.
Te puede interesar | AL ASALTO DE LAS UNIVERSIDADES
Aún nos falta una larga mitad del sexenio de López Obrador, durante el cual aún podrían ocurrir cosas terribles, como lo es la toma de las universidades e instituciones de educación superior en manos de esa autodenominada “Cuarta Transformación”.
El asalto ya empezó con la toma del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) mediante el nombramiento de José Antonio Romero Tellaeche, un personaje dogmático que cumplirá una función de “comisario educativo del politburó cuatroteísta”.
Consumado el golpe al CIDE, están en la mira la UNAM, el IPN y en general todas las universidades públicas del país, la primera de las cuales podría ser la de Zacatecas, cuya reforma ya está en marcha.
En la segunda mitad también se recrudecerá el asedio de López Obrador a los organismos autónomos, entre ellos al INE, a cuyos consejeros intentará cortarle la cabeza en cuanto tenga oportunidad.
Así que…a respirar profundo y a prepararse para la segunda dosis de esa nociva sustancia llamada López Obrador.
OFF THE RECORD
**¿AGUANTARÁN LA CRÍTICA?
Este martes Morena celebrará los primeros tres años de gobierno de López Obrador con un evento al que acudirán los ex presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Colombia, Ernesto Samper; de Ecuador, Rafael Correa, y de España, José Luis Rodríguez Zapatero.
No todos ellos necesariamente comparten las locuras de López Obrador, por lo que podría haber críticas, sobre todo de alguien tan moderado como Rodríguez Zapatero.
¿Aguantarán Morena y su líder político las críticas?
**OTRA CONSULTA PATITO
El pasado domingo tuvo lugar en Sinaloa una consulta, de esas típicas de la “4-T”, ahora para preguntarle a la gente si estaba o no de acuerdo con la instalación de una planta de fertilizantes en el municipio de Topolobambo.
En la consulta participaron solamente 40 mil personas, la mayoría de las cuales dijo que Sí.
Claro, esa era la opinión que esperaban tanto el gobierno estatal como el federal.
Correo: [email protected]
Twitter: @pepecontreras_m
