En pleno siglo XXI, el calentamiento global no existe en el mundo del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues además de la destrucción de la flora y fauna, la llamada Cuarta Transformación decide darle un golpe más al medio ambiente en México al preferir usar diésel que energía eléctrica para el funcionamiento del Tren Maya.
Este martes, amanecimos con una terrible noticia, el Tren Maya, uno de los icónicos proyectos de la actual administración, será de diésel, por ser más barato que uno eléctrico, de acuerdo con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
“El proyecto planteado sobre la base del diésel es menos costoso que el eléctrico en términos de Costo Anual Equivalente (CAE), el CAE de la alternativa eléctrica es 6.8 por ciento mayor a la alternativa del diésel”, detalla Fonatur en su análisis.
Sin embargo, de acuerdo con El Universal, en México no se podrá cubrir de manera interna la demanda de combustible de Ultra Bajo Contenido de Azufre (UBA), ni aun cuando comience a operar la Refinería Dos Bocas, basándose con información de la Secretaría de Energía (Sener). Lo que significaría que el combustible tendría que ser importado.
Así que la empresa que obtenga la concesión para su operación podrá elegir entre comprar el diésel a Pemex o compañías privadas, que su fuente de suministro son las refinerías estadounidenses.
Con esto nos queda más que claro que al gobierno de AMLO no le es suficiente con destruir flora y fauna en todo el sureste de México, y al parecer le importa un comino el medio ambiente. ¡Vaya ambientalista! ¡Vaya transformación!
Ahora es cuando nos preguntamos: ¿Dónde están los defensores del inexistente Lago de Texcoco?
