El jueves por la tarde, el panismo tamaulipeco ungió a su candidato al gobierno de aquella entidad.
El elegido –de una escueta lista de contendientes– fue el senador Francisco García Cabeza de Vaca.
Para ser francos, el nombramiento sorprende a pocos.
Cabeza de Vaca es el único perfil competitivo de Acción Nacional en Tamaulipas.
Además, en años recientes, el senador ha trabajado en construir su candidatura.
Y para rematar, es uno de los pocos políticos de oposición con posibilidades reales de triunfo.
Anteriormente comentamos que Tamaulipas es uno de los pocos estados que no conoce la alternancia. O si lo prefiere, donde siempre ha gobernado el PRI.
Pero es incluso más importante que el gobierno de Egidio Torre Cantú –el gobernador tricolor en funciones–, ha sido uno de los más ineficientes, más inoperantes y más ineficaces en muchos años.
Por si lo anterior le parece poco, también es cierto que el priismo tamaulipeco no ha logrado ponerse de acuerdo en quién será su abanderado al gobierno local.
De hecho, crecen los rumores de que algunos ex gobernadores intentarían meter la mano en el proceso para empujar a sus favoritos.
En este contexto, el priismo tendrá severas dificultades para mantener el gobierno de aquella entidad.
En consecuencia, Francisco García Cabeza de Vaca tendría posibilidades de triunfo.
Por cierto, no sobra recordar que en 2014, el senador panista fue víctima de un atentado. Además, tampoco está de más traer a cuenta que cada vez que mencionamos al político panista, en redes sociales somos objeto de todo tipo de agresiones del ejército de bots.
