El ex director del servicio de inmigración y control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) John Sandweg, señaló que los padres migrantes a los que les arrebatan a sus hijos en la frontera, pueden no volver a localizar a los pequeños y permanecer separados de forma permanente.
Sandweg se desempeñó como director interino de ICE durante la administración de Barack Obama de 2013 a 2014, aseguró que los dichos de la Casa Blanca respecto a que la separación de familias es temporal son falsos, puesto que los adultos pasan fácilmente de la detención a la deportación, pero con los niños no sucede así.
En el caso de los menores, la petición de asilo y deportación no es escuchada por un juez durante varios años, puesto que la deportación de un menor de edad no es una prioridad para los tribunales de Estados Unidos.
“Podría terminar fácilmente en una situación donde la brecha entre la deportación de un padre y la deportación de un niño es de años”, aseguró John Sandweg.
El resultado, los niños migrantes que pasan un largo tiempo bajo el sistema de acogida, terminan bajo la tutela judicial para finalmente ser puestos en adopción, y ser así elegibles para obtener la ciudadanía estadounidense.
Mientras tanto, sus padres se encuentran en lucha desde sus países de origen para encontrar a sus hijos, sin embargo, muchos de ellos no cuentan con la asesoría legal correcta, ni entienden el sistema judicial o de inmigración de Estados Unidos.
“Podría estar creando miles de huérfanos inmigrantes en EE UU. Un día podrían ser elegibles para la ciudadanía cuando sean adoptados”, explicó Sandweg.
Ese escenario podría ser difícil de asimilar para los retractores del sistema migratorio quiénes en contra de gastar dólares en asistencia social para inmigrantes, se oponen a un camino a la ciudadanía para los niños traídos ilegalmente al país.
Sandweg señala que ha visto ese tipo de separación de por vida, la cual se produce cuando un padre es deportado a su país de origen sin su hijo.
