Casi como si se tratara de una persecución, seguidores y simpatizantes dentro de la Cuarta Transformación están convencidos de que varios opositores se encuentran orquestando una serie de acciones legales para perjudicar la imagen y el trabajo del presidente Andrés Manuel López Obrador y su gabinete.
Pero, como toda buena víctima y con la característica de esta administración, siempre hay quienes son “aceptables” y quienes sí representan una amenaza para el Gobierno Federal; por ello decidieron clasificar las acciones legales como litigios válidos y litigios espurios.
En los primeros, se engloban todas aquellas personas o instituciones que no están afiliadas a ningún grupo político o con alto poder en el país, característica que evidentemente le deja claro al gobierno que no tendrán ni el alcance ni los recursos para perjudicar el plan de Andrés Manuel.
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Los segundos son los que más preocupan a los colaboradores obradoristas pues son aquellos que cuentan con conocimientos legales con los cuales pueden atacar las iniciativas, proyectos o acciones que de pretenda realizar AMLO durante su sexenio, así lo explica José Ramón Cossío en su columna Litigios, ¿para qué?
